EDITORIAL
Robos en hospitales y escuelas
En la creciente ola de delincuencia que azota al país hay que sumar ahora a los hospitales, ya que desalmados perpetraron un robo a las instalaciones del Hospital del Niño, de acuerdo a denuncia del Dr. Esteban López, Director de la Institución. Hace dos días sugerimos en esta nota editorial que no debe haber fianza para los que sean sorprendidos robando en escuelas y hospitales, ya que la flexibilidad de las autoridades correspondientes como son los corregidores, los pone en libertad una vez pagada la multa o fianza de rigor. El endurecimiento de estas sanciones debe ser rápido porque ya no es la Policía la que tiene acorralada al hampa sino la delincuencia organizada la que tiene contra la pared a la Fuerza Pública. Los atracos cometidos en el Primer Ciclo Bonifacio Pereira, las escuelas Estado de Israel, República de Francia y otros planteles educativos, ponen de manifiesto que hace falta vigilancia y seguridad en las escuelas, pero la gran culpable de estas anomalías es la propia comunidad, que guarda un silencio cómplice por la acción de los delincuentes. Ignoran los vecinos de esos planteles que apadrinando estos atracos, el daño se lo hacen a sus propios hijos, ya que los ladrones sustraen enseres escolares y equipo sofisticado como computadoras. Volvemos a insistir en que hay que nombrar porteros o agentes del orden público para custodiar las escuelas y que el Ministerio de Educación debe dejar de ser tan analítico para profundizar en los hechos que desembocan en el vandalismo escolar. Basta ya de teoría y que a los culpables se les castigue ejemplarmente como exige la sociedad. Todos los años se gastan ingentes sumas de dinero en reparaciones escolares y siempre es por la misma causa, de la que es responsable, en muchos casos, la comunidad. Concluimos que debe haber mística y que el entorno se solidarice con el personal educando y docente para evitar estas tropelías y desmanes. La escuela y los hospitales deben seguir siendo un santuario, pero en Panamá pareciera que los sujetos que viven al margen de la ley son privilegiados porque cuando caen detenidos, de una vez salen a defenderlos los derechos humanos y otras organizaciones que protegen más al delincuente que al contribuyente serio y decente.
PUNTO CRITICO |
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