Consideran contradicctorias relaciones con Corea

Agencias
Internacionales
La secretaria de Estado Madeleine Albright, en una histórica visita a Corea del Norte, se niega a tener toda relación que no sea la más tangencial con Cuba, una contradicción claramente percibida por La Habana. Preguntada ayer por su primera visita oficial a un estado abiertamente estalinista, Albright respondió que "no lo veo todo de color rosa". La víspera del viaje de Albright, un diplomático cubano se preguntó cómo cambiaría la relación del gobierno del presidente Bill Clinton con La Habana de tener Cuba el tipo de armas que tiene Corea del Norte. Pyongyang cuenta con cohetes que, dotados de ojivas nucleares, químicas o bacteriológicas, podrían causar la muerte y desolación en extensas áreas de Corea del Sur, Japón e incluso Estados Unidos. La potencial amenaza de Corea del Norte hizo que aumentaran las demandas entre algunos influyentes sectores estadounidenses para que el Pentágono desarrolle un sistema de defensa antibalística capaz de interceptar los cohetes lanzados por el enemigo. El presidente Bill Clinton decidió postergar la decisión y transferirla a su sucesor.Será uno de los puntos más delicados en el campo de la seguridad nacional que encarará el nuevo presidente. Aparte de ello, Corea del Norte ha vendido cohetes y tecnología balística a Irán, Pakistán y Siria.Ello, según las autoridades norteamericanas, hace de Corea del Norte uno de los proveedores de armas más peligrosos del mundo. En lugar de ignorar a Corea del Norte por su dictadura estalinista, Albright pareció deseosa de lograr un acuerdo con Pyongyang.Quiere que el régimen comunista reduzca su desarrollo de cohetes a cambio de ayuda económica. Corea del Norte, ante su ruinoso panorama económico y la amenaza de otra hambruna, se ha mostrado dispuesta a negociar. El régimen comunista acordó ya una moratoria en las pruebas de cohetes de largo alcance y ambos países insisten que desean terminar con las fricciones que han empañado su convivencia durante décadas. Cuba, en contraste, no tiene ese contrapeso en sus relaciones con Estados Unidos. La debilidad económica ha desgastado su poderío militar de antaño.Y la comunidad cubana en el exilio, aunque tampoco tiene la fuerza política de antes, es un freno a los posibles coqueteos diplomáticos entre Cuba y Washington. Por ello, tanto el vicepresidente Al Gore como el gobernador de Texas George W.Bush mantienen que no serán posibles las relaciones normales con Cuba mientras la isla no adopte la democracia. Esa condición no es exigida a Corea del Norte. En cuanto a la política de no tratar por igual a todos los regímenes dictatoriales, Albright justificó esa actitud con el razonamiento de que "no tenemos un molde en política exterior".
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