REFLEXIONES
"Las naciones unidas en el siglo XX"

Carlos Christian Sánchez C.
La agresión, la violencia, el hambre y la muerte han llevado a la Humanidad al borde de la locura aterradora de la destrucción total. Dos guerras mundiales provocaron cien millones de personas muertas, doscientos cincuenta millones de heridos y trillones de dólares en daños materiales. La sombra de los bombardeos aéreos sobre Hamburgo, Londres, Berlín, Tokio, además de la aniquilación nuclear de las ciudades niponas de Hiroshima y Nagasaki, demostraron que la mezquindad de los hombres llega más allá del límite de la tolerancia. La Paz es una de la meta de miles de años, tan anhelada por los eruditos y los ilustres de nuestro tiempo. Pero, a diferencia de otras centurias, el Siglo XX fue la parodia de los esfuerzos por lograr la hermandad de las naciones. Dos pautas se enfrentaron: la Agresión y la Conciliación. Es un fenómeno internacional que altera el desarrollo de nuestra civilización. Aristóteles, el gran sabio griego, y Filipo II, monarca de Macedonia, fueron los primeros genios que intentaron rescatar la idea de un mundo unificado, bajo el criterio de la integridad política única y la paz global. Pero ni Alejandro Magno, Julio César, Gengis Khan o Napoleón, comprendieron ese objetivo. Los anteriores fueron guerreros con deseos de dominar, por la fuerza, al mundo, sin defender el verdadero principio de la armonía y la paz real. El origen de las Naciones Unidas actuales viene desde esas épocas tan antiguas. Pero fue en la propuesta de los 14 puntos del Presidente norteamericano Wodrow Wilson, cuando se concretó el plan de construir un organismo internacional que cimentara la búsqueda de la Paz. En la Conferencia de París de 1919, los Estados Unidos proponen la creación de la Sociedad de Naciones. Pero los esfuerzos no fueron suficientes para convencer a las potencias de seguir los pasos hacia la Paz. Ni los mismos Estados Unidos se convencieron de esa idea. Wilson no recibió el respaldo del Congreso para entrar a la Sociedad en 1919. El fracaso de la Sociedad de Naciones tuvo sus causas en que las potencias europeas, como Francia e Inglaterra, fueron incongruentes en defender sus objetivos frente a la agresión del Tercer Reich hitleriano, las invasiones italianas a Etiopía, el ataque japonés a China en 1937, o la Guerra Civil Española. Cuando todos pensaron que era imposible el sueño de la Paz y la Concordia, el Presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt, decide rescatar la idea de una sociedad global organizada, por medio de un organismo internacional que aglutina a todos los pueblos del mundo. Dicha entidad sería denominada "Naciones Unidas", término empleado por primera vez en la Declaración del mismo nombre, del 1 de enero de 1942 durante la Segunda Guerra Mundial, cuando 26 naciones establecieron el compromiso de luchar contra la amenaza de las Potencias del Eje Nazi-Fascista. La Carta de las Naciones Unidas fue redactada por miembros de 50 países, reunidos de San Francisco, en abril de 1945. Este fue el instrumento constituyente de la nueva organización mundial, codificando los principios fundamentales de las relaciones internacionales, desde la igualdad soberana de los Estados, prohibiendo el uso de la agresión y el fomento de las libertades esenciales del hombre. El 24 de octubre se cumplen 54 años de la ratificación formal de la Organización de las Naciones Unidas (O.N.U.). Dicha fecha marca el comienzo de una nueva etapa para la Comunidad Internacional. Por más de medio siglo de duras pruebas, crisis mundiales y conflictos aislados, la O.N.U. ha logrado sobreponerse a los retos. La entidad mundial llega a ser "árbitro" para resolver los problemas entre los Estados. Varias agencias especializadas de las Naciones Unidas nacieron para la mitigación de la pobreza, ayudar en los asuntos comerciales, el hambre, el desarrollo, la administración de los territorios coloniales o fideicomisos, hasta la conformación de una Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948. Ante el inicio de un nuevo milenio, los panameños esperamos que las Naciones Unidas y su dirigencia, encabezada por el Secretario General, Koffi Annan, puedan lograr esa tan anhelada Paz Mundial, que no es una utopía lejana. La necesaria reforma del Estatuto de la Carta de la O.N.U., las responsabilidades crecientes de los organismos especializados, el presupuesto general, la deuda multimillonaria de algunos países poderosos, la actuación del Consejo de Seguridad y el ingreso de nuevos miembros permanentes a dicho comité político global, obligan a esa entidad internacional a adaptarse al futuro.
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