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Atlanta por el desquite y Yanquis por la supremacía
Agencias
Internacionales
Los Yankees y los Bravos abrirán la Serie Mundial de béisbol con sus dos principales caballos de batalla durante la temporada regular y los playoffs, cuando hoy en el Turner Field de Atlanta suban al montículo por Nueva York el cubano Orlando 'El Duque' Hernández y por los locales el zurdo Tom Glavine. Los Bravos aspiran al título no sólo para desquitarse de la humillante derrota en la Serie de 1996 --cuando perdieron cuatro juegos al hilo después de abrir con dos triunfos--, sino para proclamarse como el mejor equipo de la década. Los Yankees tienen metas más elevadas, pues de conquistar el tercer título mundial en los últimos cuatro años se convertirían sin discusión en el equipo del siglo del deporte estadounidense. Ninguna otra franquicia profesional tiene el palmarés de los Yankees para reclamar ese honor, avalado por 36 títulos de la Liga Americana y 24 de la Serie Mundial. "Estoy consciente de que integro un equipo histórico y espero no defraudar la confianza que han depositado en mí los directivos de los Yankees", dijo a la AFP Hernández, durante un paréntesis en el entrenamiento de este viernes. El Duque fue el pitcher más consistente de los Yankees en la temporada regular, con marca de 17-9 y 4.12 carreras limpias por juego (CLJ) y en los playoffs de este aûo ha logrado cuatro triunfos sin derrotas y permite sólo 0.97 carreras limpias por encuentro. Sin embargo, contra Atlanta no le ha ido bien, y en los dos enfrentamientos de la ronda normal fue vapuleado por la artillería 'brava' para un elevado 11.57 CLJ y de por vida tiene una derrota y 9.72 ante la tropa de Bobby Cox. "Una cosa es el campeonato y otra los playoffs. Aquí puedes dedicarte más a estudiar a un sólo rival y creéme que me los sé de memoria", dijo Hernández, un hombre al que le gustan las situaciones de presión. Un 'espía' de los Bravos que siguió a los Yankees durante toda la temporada, y que pidió no ser identificado para mantener su trabajo anónimo, confesó que "el cubano tira de cualquier ángulo, cualquier tipo de lanzamiento y en cualquier momento del conteo. Es muy dificil de adivinar lo que hará allá arriba (en la lomita)". Los Yankees, además, reforzaron su banca con el ingreso del multifacético Jim Leyritz, cuyo jonrón de tres carreras en el cuarto juego del Clásico de Otoño 1996 emparejó la serie a dos triunfos por bando y sirvió de estamina para que los neoyorquinos cortarán la cabeza de los disminuidos Bravos. Atlanta dependerá de Glavine (14-11 y 4.12 CLJ en la temporada) y con triunfo en la ronda regular contra Nueva York. El zurdo de los Bravos ha sido el lanzador estrella de los playoffs, con dos triunfos impresionantes. "Ellos (los Yankees) son un buen equipo, pero yo tengo mi secreto para ganarles", dijo Glavine. Los Yankees llegan a esta fase decisiva mucho más descansados y estimulados, luego de pasar por encima de los Rangers de Texas y Medias Rojas de Boston, mientras Atlanta pasó sus sustos contra Astros de Houston y Mets de Nueva York. Ambos equipos se han enfrentado en 10 oportunidades desde que se crearon los juegos interligas, con cinco victorias por bando. En la temporada regular los Yankees ganaron tres de los cinco enfrentamientos interligas. El conjunto neoyorquino tratará de igualar también a los Azulejos de Toronto (1992 y 1993), como los dos únicos equipos que han ganado dos Series Mundiales seguidas en esta década. Para mañana los Bravos confirmaron al astro Greg Maddux y los Yankees a David Cone.
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