Viernes 16 de oct. de 1998

 








 

 


Comprometida situación del jefe del ejército en escándalo por venta de armas

Buenos Aires
AP

La justicia allanó esta noche el edificio del jefe del ejército, general Martín Balza que quedó ayer en situación comprometida por la venta ilegal de armas a Croacia al revelarse que tuvo conocimiento de esa operación en 1992, tres años antes de que estallara el escándalo.

El allanamiento fue encabezado por el fiscal Carlos Stornelli después de que el diario La Nación publicara ayer un facsímil de documentos firmados por Balza, en que remite al jefe de estado mayor conjunto información referida a la presunta presencia de armamento argentino en los territorios de la ex Federación Yugoslava''.

El fiscal inspeccionó y retiró documentación del estado mayor conjunto y de la asesoría jurídica del Ministerio de Defensa, cuyas oficinas funcionan en el mismo edificio. No se dieron detalles del material secuestrado.

Los documentos, según La Nación, están fechados el 21 de septiembre de 1992, es decir, tres años antes de que se denunciara que Argentina había vendido subrepticiamente a Croacia unas 6.500 toneladas de cañones, armas automáticas y proyectiles, mientras regía un embargo de las Naciones Unidas contra tales ventas.

No hubo hasta el momento comentario del ejército sobre la publicación de La Nación.

Las armas fueron vendidas por la empresa estatal Fabricaciones Militares, mediante documentación que simulaba destinarlas a Panamá.

El gobierno del presidente Carlos Menem intentó hasta ahora mantener al general Balza apartado del episodio de las armas, en el que aparecen comprometidos miembros anteriores y actuales del gabinete.

La alianza opositora adoptó una actitud similar, presumiblemente en atención al prestigio político de Balza, el jefe castrense que hizo la más profunda autocrítica por las violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas armadas durante la pasada dictadura.

Balza y el ejército siempre alegaron que ignoraban esa operación, y que la responsabilidad de esa venta, y de otra posterior a Ecuador, en pleno conflicto de ese país con Perú, correspondía a los funcionarios de Fabricaciones Militares y al ministro de Defensa que refrendó la operación.

Los decretos autorizando las ventas fueron firmados por Menem, los ministros de Defensa Antonio E. González y Oscar Camilión, el canciller Guido Di Tella y el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo.

El juez federal Jorge Urso ordenó el procesamiento y detención del ex interventor de Fabricaciones Militares, Luis Sarlenga, empresario muy ligado al ex ministro González, quien es ahora titular de la cartera de Trabajo.

También dispuso el procesamiento de Camilión y pidió al Congreso que retire los fueros a González, para tomarle declaración indagatoria.

La nueva revelación sobre Balza podría motivar al juez a citarlo para que preste declaraciones en la causa.

Los diputados del partido peronista de Menem rechazaron ayer el pedido opositor para que sea interpelado el canciller Di Tella, también colocado en difícil situación al revelarse de que fue informado del envío de armas a Ecuador y no lo impidió.

La alianza opositora pidió la semana pasada la renuncia de González, solicitud rechazada de plano por Menem. Los observadores estiman que el propio presidente puede quedar comprometido en esta causa si avanza la investigación.

 

 

 

 


 

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