Muchos cristianos notan que un hermano X está actuando en forma incorrecta delante de Dios, su actitud dista mucho de ser la de un cristiano, sin embargo ven que asiste a la iglesia sin que nadie le diga nada y se preguntan ¿dejo las cosas tal y como están?
Esta es una pregunta que frecuentemente se hacen cuando apreciamos ciertas actitudes en algún miembro de la iglesia. Se trata de algún tipo de pecado o es algo que no es correcto delante de Dios, asumiendo que tal actitud merece una amonestación o disciplina según sea el caso.
Si usted está pasando por esta encrucijada, lo primero que debe hacer es analizar tal caso a la luz de la Biblia. Esto significa no permitir que sea su criterio el que prevalezca, sino el de Dios. En caso de existir alguna duda, lo más recomendable es acudir al Pastor o a algún otro miembro de la Iglesia cuyo testimonio y actitud demuestren un grado de madurez cristiana para tratar el asunto en forma absolutamente confidencial, lo que permitirá obtener un juicio más acertado de nuestro propio criterio respecto de esta situación.
Una recomendación elemental que debes tomar en cuenta antes de proceder con una amonestación, es analizar nuestra propia vida y evitar juzgar al hermano, pues Jesús advierte: "No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen." (Mateo 7: 1-6)