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Alfonso Ramos empieza a descollar como cantante y compositor de décima.  |
Alfonso Ramos es conocido como “El azote de Atalaya” porque desde temprana edad ha demostrado ser como un látigo que acicatea a sus rivales en la tarima. En el mundo artístico de la trova ya se distingue no sólo como cantador, sino además que ha comenzado a mudar pasos en la composición de la décima.
Como muestra de ello es este pie que ofreció a los lectores de Nuestra Tierra:
Qué significa el dolor Que el corazón me traspasa, Es un fuego que me abraza, Será un afecto de amor, Sigo sintiendo el ardor Que voraz llego a sentir Amor no debes decir Y es clara la consecuencia, Porque amándote en ausencia Vivir sin ti no es vivir.
Ramos, a quien en Ciudad Jardín Mañanitas, donde reside también se le conoce con el mote afectuoso de “Chiripa”, se ha fajado con los grandes cantadores como: Moyo Cisneros Andrés Pimentel y Toñito Vázquez. Además ha alternado con los jóvenes valores que emergen como nuevos talentos entre ellos Chan García, Agustín Samaniego, Arturo Torres y Ariel Mojica.
Lleva seis años como trovador, en los que ha acumulado suficiente experiencia y pericia para demostrar sus dotes de gran juglar.
Su carrera la inició cuando contaba con 16 años, desde entonces se deleitaba escuchando en las estaciones radiales a los grandes cantadores como Frank Gutiérrez y Bolívar Barrios.
El turno le llegó una ocasión que asistió al Jardín Canajagua de la 24 de Diciembre. Allí se presentaba el gran Bolívar “Pecho de Oro” Barrios. El gran cantor le brindó la oportunidad que se estrenara en las tarimas. |