El presidente estadounidense George W. Bush confirmó anoche que los servicios de seguridad se encuentran en 'máxima alerta' ante la posibilidad de que pueda haber más atentados terroristas. Bush ofreció una segunda oportunidad a los talibán para que entreguen a Osama bin Laden. "No sé si Bin Laden está vivo", dijo el presidente. "Lo que sí puedo decir es que estamos haciendo todo lo posible por sacarle de su caverna y traerle ante la justicia".
En una conferencia de prensa en la Casa Blanca, el presidente señaló que se recibieron informes que los terroristas pretendían utilizar aviones de fumigación para lanzar un ataque biológico o químico contra la población norteamericana. Las palabras de Bush reiteran la advertencia lanzada ayer por el FBI en un comunicado: "El Gobierno tiene razones para creer que podrían cometerse atentados adicionales dentro de EU o contra intereses estadounidenses en el extranjero en los próximos días".
El presidente ha asegurado que las tropas de EEUU no quedarán "enfangadas" en Afganistán, ya que "se ha aprendido la lección de la Guerra de Vietnam: no se puede luchar una guerra de guerrillas con fuerzas convencionales". Además dijo que se observa a "Irak con cuidado", calificando al líder iraquí, Sadam Huseim, de "diabólico". Mientras, el gobierno de Afganistán aseguró que en los ataques norteamericanos han muerto más de 300 civiles.
En la quinta jornada de sus ataques en Afganistán, EU ha comenzado a utilizar bombas de racimo dirigidas anti-búnker contra las tropas talibán. Cada una de ellas estallan al acercarse a tierra y liberan hasta 150 bombas muy pequeñas con compuestos altamente explosivos. Mientras, el Senado estadounidense ha aprobado una ley antiterrorista destinada a incrementar la seguridad en los aeropuertos. Entre otras medidas, el proyecto autoriza al Gobierno a colocar un policía armado en cada avión. |