Dios es la suma belleza y, a ella, dijo el excelso orador San Agustín: ¡Oh belleza siempre antigua nueva!, ¡qué tarde te he reconocido!
Seminarista intrépido, figura de primer línea, de valor indiscutible entre los más fieles jóvenes de la fe católica, de relieve citadino y precisamente como futuro discípulo del sumo y Eterno Sacerdote, porque siendo Dios y hombre verdadero, eres el único mediador entre Dios y los fieles cristianos. No afirmamos que suposición en la orientación de la Iglesia católica fuese precisamente la más atinada y libre de rectificaciones en frente de otros grandes curar católicos; no exigimos se le conceda un juicio de acierto incuestionable y profundo así en el terreno de la verdad como en el de la vida; pero se nota que es un gran luchador leal, habilísimo, prudente, de gran temple di' movilidad, de estilo perfecto y desmejorable intención; un sacerdote infatigable con el arma poderosa: "la palabra de Dios".
Oh buen Cristo, dice Carlos, pídote gracias para tus sacerdotes, tanto para los fieles y hermosos corno para los infieles y tibios, para aquellos (que se afanan por ganar almas en las recónditas tierras del suelo patrio: Panamá. ¡Cuánto nos agrada penetrar en la vida! ¡Por curiosidad ¡Por halago! ¿Por qué hacerlo? Por justificación a nuestros defectos.
Sacerdote Carlos Chavarría: Acuérdate, oh Dios de misericordia, que también mis hermanos sacerdotes son débiles y flacos; aumenta en ellos la gracia de la vocación apostólica. Acércalos a ti, a fin de que no estén a merced del enemigo y lo induzcan a hacer lo más mínimo que sea indigno de su excelso sacerdocio. Por último, te ruego Dios mío protege a los ancianos, afligidos, solitarios y abandonados. Qué todos los sacerdotes, inclusive yo, nos estrechemos con la grandeza de ese amor que Dios nos da.
Cuando ores no seas como los hipócritas, porque ellos aman el orar a pie en la sinagoga y en las calles para ser visto de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.