Los denominados "Decapitadores de Coiba" se enfrentarán hoy a la justicia para esclarecer los horrendos asesinatos que se les imputan en contra de los integrantes de la banda "Los Perros de San Joaquín", hecho registrado el 22 de enero de 1998. En aquél funesto día, cuatro reclusos del centro penitenciario ubicado en la isla de Coiba fueron asesinados de una manera atroz, luego de que emprendieran una fuga de los campamentos de Playa Blanca y Río Amarillo.
DECISION MORTAL
La búsqueda de la libertad para Ricardo Powel (a) King, Walter Jaramillo (a)Punchi, Rafael Córdoba (a) Rambeao, Francisco Javier Villareal y Fermín Arias Rojas, se convirtió en una pesadilla cuando luego de navegar alrededor de la isla, decidieron descansar en un punto de la isla.
Esta fue la peor decisión que los evadidos pudieron tomar, ya que según Rojas, único sobreviviente, los aguardaban integrantes de la banda enemiga "Los Hijos de Dios", quienes los sorprendieron y emboscaron en un lugar conocido como Playa Brava.
Comenzó entonces todo un ritual de la muerte, cuando tras someter a sus víctimas, los atacantes procedieron a torturarlos, propinándoles heridas punzo cortantes en distintos puntos del cuerpo y como golpe de gracia se les colocaba en un tronco en el que procedieron a cortar la cabeza a cada uno de los prófugos, utilizando las hachas que se les permitían portar en sus labores diarias.
Posterior a la denominada "Masacre de Coiba", Fermín Rojas identificó a Joao Enrique Garcés Powel (a) Yohaito, Orlando Antonio Blychanton Cadogan (a) Pedro Navaja, Abel Méndez Escobar (a) Abelito Man, Anthony Burnhan Wignall (a) Tátara, Iván Gálvez Amanías (a) Iván, José Quiñones Díaz (a) Beto Mafia, Omar Córdova Hurtado (a) Caña, César Osvaldo Díaz Ponce (a) Gringo, Francisco Javier Camargo Gordón, Israel Rodríguez Belicot (a) Gato, Javier Antonio González Carrasco, Adrián Enrique Benedi Fernández, Jacobo Wilson y José del Carmen Magallanes. Todos, excepto los dos últimos fueron sobreseidos, por lo que los primeros 12 individuos serán sentados hoy en el banquillo de los acusados por la comisión de esta terrible matanza.
DICTADURA
Luego de este terrible suceso que estremeció los cimientos de la sociedad panameña, poco a poco se fue ventilando y dando forma a la idea de cerrar de manera definitiva el centro penal de Coiba, creado en el gobierno del presidente Belisario Porras, ya que se establecían nuevos y distintos planes para este bello territorio que una vez más se manchó de sangre con la matanza de seres humanos.
Y es que este fue un punto estratégico durante la dictadura militar, tiempo en el cual llegaron a existir cerca de mil reclusos dispersos en unos 20 campamentos instalados en diversos puntos de la extensa isla, los cuales en su mayoría estaban dedicados a la producción agrícola y ganadera, que representaba un gran potencial en vista de lo fértil que resultan los extensos territorios que allí existen. |