El jefe del Ejecutivo ha dicho que los panameños tienen sed de justicia. Es una aspiración permanente de la ciudadanía, pero gobiernos vienen y gobiernos van, pero nunca se hace nada para aplicar la justicia de una manera ejemplarizante, para enviar un mensaje claro de que no permitirá el robo al Erario Público.
Ahora se nos viene con el argumento que corresponde a la Contraloría y al Ministerio Público realizar las auditorías y las investigaciones pertinentes. Los encargados de ambos despachos, así como los auditores y fiscales son los mismos que funcionaban durante la pasada administración.
Porqué razón no se hicieron las auditorías que hoy se reclaman para evitar que se cometieran irregularidades. La misma gente que ayer no hizo su trabajo, debe ahora desarrollar las pesquisas en el manejo financiero de los diversos ministerios e instituciones.
Este tipo de situaciones se produce, cuando los gobiernos designan en los cargos de fiscalización a personas identificadas con la administración de turno. No se desarrollo una debida acción, porque siempre se cuida la imagen del colectivo o de amigos en el poder.
Por eso cuando se debatían las reformas constitucionales y un sector del hoy gobernante Partido Revolucionario Democrático propuso eliminar el control previo, mucha gente puso el grito al cielo. Si con control previo y control posterior se cometen irregularidades, ¿imagínense lo que sucedería con la eliminación? ¡Habría una gran fiesta!
Aún con las fallas descritas, la Contraloría y el Ministerio Público deben desarrollar las investigaciones pertinentes, permitiendo a los exfuncionarios el derecho a presentar sus descargos, para evitar que al final paguen justos por pecadores.