El problema de transporte se ha convertido en un cáncer de la sociedad panameña. De forma tal, que cada día podemos observar a miles y miles de usuarios quejándose del mal servicio que dan los transportistas.
En el gobierno anterior la dirigencia del transporte, a través de paro, logró que el gobierno le permitiera elevar de 15 a 25 centésimos el pasaje, perjudicando el bolsillo de los panameños que el salario no le permite cargar con el costo del aumento.
Cabe señalar que la dirigencia del transporte público logró que el gobierno de la administración de Mireya Moscoso le otorgara préstamos millonarios para renovar la flota. Además, se comprometieron a brindar mejores servicios a la comunidad. Sin embargo, estas promesas no fueron cumplidas por la dirigencia del transporte, ya que algunos de sus miembros no cumplieron con los requisitos establecidos que exigió el Banco Nacional como garante del préstamo.
Hoy nuevamente esta dirigencia del transporte nos quiere imponer el alza del pasaje de 25 a 40 centésimos por encima de lo que establece la ley panameña, pues ellos consideran que mandan en nuestro país, porque siempre amenazan al gobierno con parar todas sus unidades a nivel nacional. ¿Hasta cuándo el gobierno les permitirá a estos transportistas tal chantaje?
En la anterior administración del gobierno de la presidenta Moscoso, los transportistas exigieron que se les permitiera introducir su propio combustible directamente, sin cumplir con las exigencias que establecen las leyes panameñas. La forma de vender y distribuir el combustible atentaban con la competencia de las empresas que dan este servicio, cumpliendo con las leyes panameñas.
La verdadera razón es que un grupo de los Miembros de CANATRA se quieren hacer millonarios con la venta del combustible, ya que cada uno de estos transportistas en realidad son empresarios porque tienen varios buses.
El gobierno debe realizar una auditoría a cada propietario para ver cuántas unidades tiene a nombre de su familia y allegados.
