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FAMILIA
Terapias alternativas para la hiperactividad
Agencias
Internacionales
Cuando llega la hora de tratar el Trastorno de Déficit Atencional e Hiperactividad (ADHD, en su sigla en inglés), muchos padres darían lo que fuera por no tener que someter a sus hijos a un tratamiento farmacológico, como el uso del ritalín. Por ello, son cada vez más quienes intentan una serie de terapias alternativas para combatir los problemas que causa a sus hijos dicha condición. Estas terapias van desde un entrenamiento en destrezas sociales a tratamientos con suplementos sobre la base de hierbas e, incluso, la técnica del biofeedback, en la que el paciente aprende a controlar los patrones eléctricos de su cerebro. Aunque la mayoría no tiene efectos negativos en la salud del niño, aún no hay pruebas científicas que avalen su efectividad para el tratamiento de este síndrome. "Cualquier tratamiento para el déficit atencional debe estar respaldado por la Sociedad Americana de Pediatría o de Neurología Infantil o por la Sociedad Mundial de Neurología Infantil. Si una terapia tiene base científica sólida, como una investigación o un estudio publicado en alguna revista especializada, también es confiable", dice Fernando Pinto, neurólogo infantil y jefe del Campus Centro de la Universidad de Chile. El especialista agrega que las terapias alternativas deben usarse cuando son buenas. De hecho, han existido modas para curar el ADHD: por ejemplo, la hipótesis de que la luz artificial los volvía más hiperactivos y que por ello era recomendable usar luz de día. Pero nada se comprobó. Luego, se dijo que los colorantes de los alimentos tenían ese mismo efecto. "Pero esas dietas eran tan restrictivas que los niños no podían comer casi nada, ni caramelos, ni bebidas de fantasía, ni postres. Sin embargo, dicho efecto no ha sido demostrado", dice Pino. Ahora, dentro de las opciones no farmacológicas, las técnicas de manejo social sí han dado resultado, aunque sólo en los niños prepúberes. Esto porque recién a esa edad son capaces de comprender lo que les sucede y, por ello, pueden ejercer un automanejo. También puede recurrirse a las técnicas orientales de relajación y a las artes marciales, pero según enfatiza Pino- éstas son un complemento de la terapia tradicional del cuadro. "El beneficio de este tipo de alternativa es pequeño, lo que realmente ayuda es la sumatoria de un tratamiento con varias aristas", agrega. El tratamiento de este cuadro es a largo plazo. Además, dada la versatilidad con que se manifiesta el ADHD, el tratamiento debe hacerse desde varios frentes. Pinto recalca que la terapia tiene tres pilares fundamentales, y que si uno de éstos falla lo harán también los otros: Tratamiento farmacológico: el primer paso del tratamiento debe ser la solución del problema orgánico del niño, para ello se usan medicamentos que estimulan la producción de dopamina en el cerebro, como el metilfenidato (ritalín), la anfetamina, la pemolina, la dextroanfetamina y la anfetamina de liberación larga. Además, se puede recurrir a medicamentos complementarios que ayudan a atenuar la agresión y la depresión. Manejo de la familia: los padres deben aprender técnicas de manejo conductual, para ir puliendo la conducta del niño, porque el chico que sufre este problema está expuesto a ser muy criticado y reprendido por cualquier adulto que tenga a su alrededor.
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Manejo de la familia: los padres deben aprender técnicas de manejo conductual, para ir puliendo la conducta del niño, porque el chico que sufre este problema está expuesto a ser muy criticado y reprendido por cualquier adulto que tenga a su alrededor.
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