Estuve a punto de tirar a la basura el tubo de pasta de diente. Pero recordé que hace años en Estados Unidos descubrieron en una investigación, que se perdía el veinte por ciento de pasta en miles de envases botados antes de tiempo.Mi mente curiosa decidió seguir sacando "hasta lo último". Bueno, pasaron ¡tres semanas!... y todavía había pasa al final del tubo.
Entonces pensé que muchos panameños desperdician dinero, porque botan artículos que hayan aprovechado a la totalidad de su material.
Y recordé ejemplos en donde yo mismo he sido "botarate". Como está el costo de la vida en estos momentos, es mejor que se vaya pensando en consumir hasta lo último diferentes artículos de uso personal.
Aparte de las pastas de dientes están los jabones. Creo que poca gente usa el pedacito de jabón que se resbala en la mano y se cae al piso con frecuencia. Es mejor botarlo y usar uno nuevo bien grande.
Allí se estará botando dinero, aunque sean unos centavos. Como dicen las abuelas en el pueblito de la Eneida, "centavo a centavo se hace un dólar".
Así que debe usar usted el jabón hasta que se desintegre en sus manos. Algunos recomiendan juntar los pedacitos y apretarlos, para formar una bola más grande.
En los tarros de pasta de crema de afeitar se quedan residuos que también es plata que se pierde.
A veces uno se cansa de ver el mismo envase y compra otro nuevo lo que es...¡un despilfarro!
Añada a la lista de artículos que no usamos hasta el final los perfumes y líquidos de limpieza de casa. No todo el mundo utilizar el sistema del "repuesto", que sale más barato.
Por lo general se prefiere botar el envase "vacío" y comprar otro nuevo, antes que tomarse la molestia de rellenar el que tienen.
Sobre este asunto de "economía doméstica" hablé con un conocido el otro día.
Se rió de mi ocurrencia. Dijo que yo era "un pilinqui, que por algún lado tendría una herencia judía que me hacía actuar así, ya que tenía suficiente ingreso para comprar mis cosas antes que se acabaran".
Algo molesto le dije que por culpa de este mal gobierno PRD, el costo de la vida está por las nubes.
Por eso no está nada mal hacer economía, aunque sea poca, porque "todo centavo ahorrado cuenta al final del mes".
Me miró algo raro el conocido y murmuró... "a este Milcíades no lo cambia nadie".
