FAMILIA
Los esfuerzos de los Estados Unidos para combatir el consumo de drogas (Parte VI)

Por Charles E. Grassley
Senador de Estados Unidos*
El Congreso requiere además que el presidente certifique anualmente a los países de la lista que toman medidas reales y factibles para abordar el problema de la producción o tráfico de drogas ilegales. De nuevo, no se trata de una decisión arbitraria sino que está fundamentada en una evaluación de medidas y esfuerzos específicos. Estos se incluyen en un informe general llamado Informe de Estrategias de Control Internacional de Narcóticos, que el Congreso requiere también que la administración presente cada año. El requisito de certificación no ha tenido un éxito rotundo. Lo que la ley requiere no es que un país X haya eliminado su producción o tráfico de drogas antes de ser certificado, sino que haya tomado medidas significativas conducentes a la supresión de ambas actividades de conformidad con la Convención de las Naciones Unidas de 1988, y de otros acuerdos bilaterales con Estados Unidos u otros países. La certificación reconoce las dificultades que se presentan al abordar la producción de drogas y las pandillas de delincuentes que participan en esta actividad, pero también toma en consideración si un país está haciendo lo que debe y puede hacer de conformidad con las leyes internacionales. Más aun, la producción de drogas es ilegal en virtud de las leyes de la mayoría de los países afectados por la certificación y muchos de estos países han suscrito acuerdos con Estados Unidos que los obligan a tomar medidas específicas a cambio de los diversos tipos de ayuda que se les proporciona. Lo que se espera es que estos países tomen las medidas adecuadas para la ejecución de sus leyes y el cumplimiento de las disposiciones de los acuerdos bilaterales e internacionales. Si después de evaluar una serie de factores, el presidente determina que un país no cumple con sus obligaciones, debe informar sobre ello al Congreso y tomar medidas para negar la ayuda de Estados Unidos a ese país. El derecho de Estados Unidos a decidir si un país debe o no debe recibir ayuda no debe ser motivo de debate. La ayuda de Estados Unidos no es un derecho. El hecho de que Estados Unidos, como país democrático, ventile sus decisiones públicamente como cuestión de interés público tampoco debe ser motivo de sorpresa. Tampoco debe sorprender que Estados Unidos esté preparado a tomar medidas para proteger su soberanía y a sus ciudadanos cuando sea necesario. Las drogas se producen en el extranjero y las introducen ilegalmente a Estados Unidos las organizaciones con sede en territorio extranjero en violación de las leyes locales, internacionales y de Estados Unidos. Las substancias que producen e introducen ilegalmente al país causan diariamente daños inestimables a los ciudadanos de Estados Unidos. De hecho, los contrabandistas de drogas causan anualmente más muertes y más daño en este país que lo que el terrorismo internacional ha causado en los últimos diez años. Es imposible y sería irresponsable hacer caso omiso de esas actividades. *Presidente del grupo senatorial de Estados Unidos para el Control Internacional de Narcóticos
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