Las consecuencias de los ataques contra Estados Unidos han restado entusiasmo al mundo de la moda de Italia, maltratando al mercado de bienes de lujo porque los consumidores se mostraban preocupados ante la posibilidad de que la crisis de una guerra afecte a sus bolsillos.
Sin embargo, los diseñadores que mostraron sus trabajos en la semana de la moda de Milán consideran que el primer impacto está pasando lentamente y están preparándose para contraatacar. Convencidos de que el mundo necesita un toque de elegancia y lujo en los malos momentos, tanto como en los buenos, están planeando llevar sus creaciones a Estados Unidos.
"Tenemos que continuar luchando, hacia adelante", dijo Mariella Burani, cuya casa de modas cotiza desde el año pasado en la bolsa de Milán. Muchos de los poderosos compradores estadounidenses no acudieron a los desfiles de Milán y decidieron quedarse en casa mientras Estados Unidos se recobrara de los atentados.
Los diseñadores italianos, desde Buranemos adelante con la colección y se la mostraremos a los compradores.Tengo confianza en que las cosas irán bien", dijo Gai Mattiolo, cuya colección de primavera está llena de negro en lo que él mismo llamó un estilo "ciberpirata". Para el rey de la elegancia, Giorgio Armani, es el momento de subirse las mangas, perfectamente estiradas, y seguir luchando.
"Es exactamente en estos momentos de crisis cuando hay que tener coraje, más que cuando las cosas van bien", dijo Armani a la prensa en la inauguración de su nuevo teatro en Milán.
CAMBIOS DE TALANTE
Pese a las desafiantes palabras y viajes transatlánticos para vender, los diseñadores saben que el futuro es incierto.
"La gente se ha visto dañada física y psicológicamente, así que no sabemos cuánto tiempo esto puede seguir", dijo Patrizio Bertelli, presidente de Prada, que canceló su prevista salida a bolsa por segunda vez en un año tras los atentados. Pero ni siquiera la tragedia detendrá el funcionamiento del mundo de la moda.
"Un cambio en la vida lleva a un cambio en la moda.Eso es lo que la moda hace, refleja el talante de la vida", dijo Tom Ford, diseñador de Gucci. "Pero lo que hacemos es importante y la moda es tan válida como otras cosas.Da de comer a millones de personas, no sólo a los diseñadores, sino a los pastores que crían a sus ovejas, los hombres que cultivan algodón", añadió.
Sin embargo, habrá que ver cuánto dinero está dispuesta a gastar la gente en bienes de lujo. Gucci fue uno de los grupos que recortó sus previsiones de ganancias tras los atentados. Pero hay más que una luz de esperanza en Oriente.Armani, Gucci y el fabricante de joyas Bulgari han visto todos incrementos estelares en Asia este año.
Parte de la industria dice que como algunos consumidores en Asia estarán menos inclinados a viajar, comprarán más en casa. "Las ventas han ascendido desde los atentados", dijo Jee Hee Han, comprador de Max Mara en Corea."Las tiendas de Seúl están más llenas porque la gente está cancelando sus viajes al extranjero".
Los diseñadores tienen confianza en que existe un mercado para sus bienes, alegando que las gente necesita algo de lujo incluso en los tiempos sombríos. "Si contemplas la depresión de los años 30, Hollywood sacaba películas sobre mujeres de la alta sociedad.La gente quería diversión", dijo Ford. |