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En la eucaristía del domingo 2 de septiembre, el Obispo Dimas Cedeño, aconsejaba a los feligreses actuar con humildad y a suprimir dentro de nosotros la pedantería, la vanidad y los deseos de figuración. Nos instaba a no estar siempre en primera fila, sino que desde la última fila se nos invitara a pasar adelante.
Al escuchar estas súplicas del máximo representante de la Iglesia Católica panameña, sentí la necesidad de hacer hincapié sobre el tema. Principalmente porque me ha tocado presenciar situaciones donde se hace gala de arrogancia, prepotencia y también he sido víctima de esos avasallamientos.
Citaré algunos ejemplos de la vida cotidiana. He notado con marcada frecuencia, especialmente en jóvenes recién graduados, que tienen una obsesión porque se les dirija a ellos por sus títulos académicos; decirles señor o señora les representa una ofensa, un irrespeto. No aceptan que se les llame de otra forma que no sea por su título.
Es comprensible de alguna forma, cuando ocurre en personas recién graduadas que no están acostumbradas a ser tratadas como tal, y esperan que todos quienes lo conocen o no, lo llamen licenciado, ingeniero, magister, doctor etc. Sin embargo, reconozco que esto nos ocurre casi a todos y es parte de la naturaleza del ser humano, sentir orgullo y satisfacción cuando ha cumplido algunas metas o logros personales en su vida.
Pero con el pasar de los años, algunos se dan cuenta -otros no- que en la vida poseer un título académico no es lo más importante, sino que lo que verdaderamente cuenta son tus acciones; si son positivas y para el bien de la sociedad, te habrás ganado ese derecho que reclamas... y tendrás otra visión de la realidad.
Hace unos años una joven estudiante que hacía gala de sus estudios universitarios en menoscabo de otros compañeros de trabajo, que aunque no contaban con estudios superiores, sí conocían empíricamente el oficio que practicaban. Pero un buen día, uno de estos señores, indignado por sus actos de pedantería, le dijo a la susodicha "No te des golpes de pecho por haber entrado a la universidad, dátelos cuando la universidad haya entrado en ti". |
