EDITORIAL
Fondos ilegítimos de Noriega
El sátrapa castrense
Manuel Antonio Noriega enfrenta juicio penal en Francia, donde será
juzgado en rebeldía junto con su esposa Felicidad Sieiro de Noriega,
a quienes la justicia gala acusa de lavar dineros procedentes de actividades
narcotraficantes del Cartel de Medellín, cuyas cuantías superan
los quince millones de francos; es decir unos tres millones de balboas que
fueron movilizados através de cuentas en el desaparecido Banco de
Crédito y Comercio Internacional (BCCI).
La acción punitiva francesa tiene previsto castigos de diez años
de prisión, junto a las medidas accesorias de decomiso de los valores
y bienes productos del crimen drogómano localizado en territorio
de ese país europeo.
Los investigadores panameños, en asocio de las instancias asesoras
del gobierno endarista fueron advertidos de la paradoja judicial que significa
adelantar denuncias y realizar gestiones contra los ilícitos del
defenestrado militar, que permitirá al estado francés hacerse
de los productos delictivos; en este sentido, los apartamientos de Noriega
en la Rué de Fouché, en París, que se valoran en un
millón de dólares, terminarán engrosando el patrimonio
europeo, sin retorno a nuestro país.
Las averiguaciones que por varios años se realizaron en seguimiento
de algunas de las cuentas bancarias, dilucidando las transacciones del tirano
identificaron en Miami, en los archivos del disuelto Banco de Comercio Internacional,
suma cercana a veinte millones de dólares, y asímismo, transferencias
a Inglaterra, donde al amparo de una empresa inmobiliaria, se realizaron
valiosas inversiones.
De igual manera, en un pequeño territorio autónomo del
centro de Europa, paraíso fiscal por su flexibilidad legislativa,
Noriega mantuvo cuenta bancaria, cuyos movimientos de retiros y traslados,
lista varias páginas, con los que intentó ocultar la procedencia
criminal de los dineros.
En Caracas, Venezuela, en distinguido sector urbano, el dictador tiene
un lujoso apartamiento, cuya titularidad se esconde en la personería
de una sociedad anónima.
Las búsquedas resarcidoras de los indebidos aprovechamientos de
Noriega llenan miles de fojas, tanto en los expedientes en el exterior,
como en Panamá, donde numerosas propiedades registradas en sociedades
anónimas, ocultan su real dominio. En Chiriquí, la finca rural,
La Escondida, reune porciones de terrenos que arrebató con violencia
moral a la empresa estatal, Cítricos de Chiriquí; al igual
que las residencias costeras en Farallón y otras playas, donde se
abusó de humildes moradores, obligándolos a vender.
Las autoridades de recuperación patrimonial y las fiscalías
del Ministerio Público deben agotar las gestiones justicieras y devolver
al dominio estatal los dineros, bienes, valores y aprovechamientos que indebidamente
el tirano despojó.
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AYER GRAFICO |
El Presidente José Antonio Remón Cantera se reúne con
el Consejo Municipal de Colón. |
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