Tecnología policial contra el crimen
Gilberto Carreño
OEI
El avance de la tecnología
mundial pone al servicio de los países desarrollados los más
sofisticados inventos para prevenir y combatir una criminalidad que tampoco
se queda atrás en el uso de los más modernos instrumentos
creados por la civilización actual. De igual manera, con las limitaciones
que impone el subdesarrollo, nuestros países se las ingenian para
mejorar y, en algunos casos, perfeccionar y desarrollar técnicas
que les permita hacer frente al crimen.
De esta manera, mientras desde Estados Unidos llegan noticias sobre la
utilización de los "robots sabuesos", de perfeccionado
"olfato" para resolver casos y de Europa detalles sobre una nueva
generación de policías denominada Infocop, invento británico
de altísima tecnología para garantizar la más absoluta
seguridad de todos los asistentes a la Copa Mundial de Francia 98, en Venezuela
se revelan algunas técnicas de la Policía Nacional tanto para
la identificación de homicidas como de cadáveres. De la misma
manera, empresarios del área de la seguridad sorprenden con sus novedosas
herramientas a una población que acude en busca de cualquier artefacto
en los establecimientos comerciales que le garantice protección en
su casa o su automóvil contra el hampa desbordada.
Uno de los métodos puestos en práctica por la Policía
Técnica Judicial (PTJ), de carácter nacional, es el de la
oclusografía, sistema que permite identificar a indiciados que dejan
plasmadas sus huellas dentales en la piel de sus víctimas. De igual
manera, posibilita la identificación de cadáveres a través
del estudio comparativo de la dentadura.
La oficina encargada de desarrollar la mencionada técnica, inicia
sus trabajos en 1975, cinco años antes de que se comenzara a reconocer
en el país la Odontología Forense como una especialidad y
se introdujera en la Universidad Central de Venezuela como materia de perorado.
concretos en los cuales el estudio y clasificación de huellas
de mordeduras La PTJ muestra una relación de casos orientaron a los
investigadores, así como de otros, en los que resulta difícil
la identificación de cadáveres, especialmente en casos de
desastres masivos, como accidentes aéreos, de tránsito o cualquier
otra calamidad que genere un número importante de víctimas.
División de Medicina Legal de la PTJ, consideran en términos
generales que Venezuela, pese a los escasos recursos que destinan para el
funcionamiento Los funcionarios que trabajan en la de su institución
policial, tiene uno de los mejores sistemas de identificación.
Víctor Avid, jefe del Departamento de Odontología Forense,
expresa: "todos los ciudadanos de este país, estamos reseñados
en la Oni-Dex. Hay países desarrollados que no cuentan con este método
y a la hora de identificar a un homicida resulta bastante difícil
obtener sus rastros dactilares, porque estos no están archivados
en ninguna dependencia gubernamental". Citó como ejemplo el
caso de Jaca El Destripador, que dejaba sus rastros dactilares en todos
los sitios donde actuaba, pero los sabuesos de Scotland Yarda no tenían
cómo compararlas, porque no había registro de este individuo.
ANTROPOLOGIA FORENSE
Desde hace 30 años funciona el Departamento de Antropología
Forense de la PTJ, cuyo trabajo es constatar que los restos humanos que
se les entrega a los expertos correspondan a determinada persona. Se trata
de una labor científica, no adivinadora, expresan los funcionarios
a cargo de la dependencia policial
En lo que va del año, el departamento ha recibido 78 osamentas
no identificadas y 47 restos óseos para establecer sus edades cronológicas.
El pasado año 97 procesaron 240 restos humanos no identificados.
Los especialistas analizan cadáveres quemados, calcinados, descuartizados
y restos óseos. Son muchas las oportunidades en las que deben participar
en exhumaciones.
EL FOTOCRANEOGRAFO
Al frente del Departamento de Fotografía Científica de la
PTJ, que tiene 23 años de fundado, se encuentra Carlos Jiménez,
un caraqueño que cursó estudios en la Escuela Técnica
de Fotografía. Su trabajo es hacer fotografías a cadáveres
no identificados, las cuales son mostradas a los familiares para facilitar
su reconocimiento. En lo que va del año, 20 cadáveres no identificados
forman parte del álbum que lleva Jiménez.
A principios de la década de los 80, Carlos Jiménez sintió
la necesidad de crear su propio método, hacer algo más en
el campo de la identificación de personas a través de osamentas,
concretamente el cráneo y la cara. En esa época encontró
trabas que le impedían llegar a la identidad de los restos a través
del fotomontaje. Por ello decidió trazar coordenadas fijas para colocar
el cráneo en la misma rotación de la foto suministrada. Sin
embargo, para vencer inconvenientes en relación con la posición
del rostro, creó un instrumento que diseñó y que denominó
"Fotocraneógrafo", que ha ido modificando para mejorar
la técnica. Le agregó un trípode que le permite mover
el rostro de la calavera
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La PTJ muestra una relación de casos orientaron a los investigadores,
así como de otros, en los que resulta difícil la identificación
de cadáveres, especialmente en casos de desastres masivos, como accidentes
aéreos, de tránsito o cualquier otra calamidad que genere
un número importante de víctimas. |
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