Fracasa misión de la OEA en Haití

Agencias
Internacionales
El subsecretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luigi Enaudi, no logró desanudar la crisis haitiana, un verdadero embrollo político-electoral, tras una difícil misión de una semana en Puerto Príncipe. Después de una semana de negociaciones, Enaudi no logró sentar cara a cara alrededor de una mesa a las dos partes antagonistas de la crisis. El diplomático estadounidense indicó a la prensa que "algunos problemas (fueron) resueltos" y que tiene "esperanzas" pero no está seguro de volver a Puerto Príncipe. "No depende más de mí; depende de los haitianos", subrayó. La crisis opone a las quince principales formaciones de la oposición reunidas en el seno de la "Convergencia Democrática" y al partido "Familie Lavalas" del ex presidente Jean Bertrand Aristide (1991-1996), declarado vencedor de las cuestionadas elecciones legislativas y de los comicios locales del 21 de mayo y del 9 de julio por el Consejo electoral provisorio (CEP). La misión electoral de la OEA, apoyada por Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, cuestionó el método de recuento de votos de las elecciones senatoriales, y la comunidad internacional advirtió a Haití, el país más pobre del continente, que corre el riesgo de perder, si no se produce un nuevo recuento de votos o un acuerdo con la oposición, 500 millones de dólares de ayuda internacional, entre los cuales 100 millones son de la Unión Europea. La ayuda norteamericana seguirá siendo la misma (60 millones de dólares), pero será otorgada vía las ONG y no a través del gobierno, advirtió Washington. Por su parte, el presidente Préval se comprometió a hacer aplicar "todo acuerdo (...) siempre y cuando no viole la ley ni la Constitución", subrayando que deberá dejar el poder en febrero del 2001, para dejarle sitio a quien lo suceda. El impase político parece ser total este viernes en Puerto Príncipe en un país donde el cumplimiento de los compromisos jamás formó parte históricamente de las costumbres políticas. Para la Familia Lavalas, las elecciones del 21 de mayo "no son negociables" y modificarlas equivaldría "a privar al pueblo de su voto y de su victoria", mientras que la Convergencia Democrática reclamó como medida previa a toda negociación el congelamiento de las actividades del CEP y de los parlamentarios que fueron elegidos en el escrutinio controvertido. "Estamos obligados a entendernos, lo que será positivo para las dos partes y para todo el país", afirmó a la AFP el responsable socialista Micha Gaillard (oposición), que participa en las negociaciones. Para el primer ministro Jacques Edouard Alexis, la moneda nacional, la gourde, pasó en las últimas semanas de 22 a 30 por un dólar, tras "las propuestas de la oposición son irreales y hay que llegar a una posición intermedia". A la espera de un hipotético acuerdo, el presidente Préval, que ya antes había llamado a los haitianos a "apretarse los cinturones", los invitó ahora a aprender a nadar. Frente a las amenazas de transferencia de la ayuda internacional a las ONG, el Senado, controlado por el partido de Lavalas, ya tomó la iniciativa con una ley que permite el control de las ONG por parte del Estado.
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