FAMILIA
Diversiones infantiles a los 18 meses

Redacción
Crítica en Línea
Antes de los 18 meses el bebé sólo resiste ratitos de juego solitario. Le hace falta ver la reacción de la mamá y la busca con la mirada. A esta edad le urge su presencia y contacto permanentes. Esa cercanía le dará la seguridad necesaria para pasar tiempo solo más adelante. Entre los 14 y los 18 meses la presencia de la mamá es aún más imprescindible. El bebé está lleno de energía y quiere hacer muchas cosas, pero necesita de su madre. Pase todo el tiempo que pueda con él. A los 18 meses aparecen los primeros signos de que él necesita su propio espacio. Entre el año y medio y los dos años, ya quiere ser él mismo. Empiece a dejarlo que juegue solo a ratos. Compruebe que no haya peligro a la vista, pero déjelo que juegue por su cuenta. A los dos años y medio quiere que lo acompañen a fingir: que usted sea un ratón y él un gato. Le fascina transformarse en animal pero necesita de usted para empezar el juego. Pero no haga todo por él, a partir de esta edad, no es necesario jugar con ellos de continuo. También necesitan jugar solos. Para tomar una merienda imaginaria, donde hay que comer de todo, no hay que involucrarse demasiado. A los tres años la imaginación le permitirá entretenerse con cualquier cosa. Se divierte con los juguetes básicos: un juego de construcción, un balón, una muñeca con cobijita, un carro (sin pilas). A los cuatro años, sin juguetes a la mano, utiliza su inventiva y convierte un zapato en carro y otro en avión. A los seis años ya se entretiene solo. Pide su desayuno y sale a correr, después vuelve por el almuerzo y se va de nuevo. A la hora de comer por fin hay chance de charlar un poco, cantar o armar un rompecabezas. Los pequeños soportan períodos cortos en una sola actividad. Hay que ser flexibles y cambiar de juego cuando ellos quieran.
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