El presidente palestino, Yasser Arafat, prometió desde su asedio en la Múkata, que "la Intifada continuará hasta que consiga sus objetivos", a unos 30.000 palestinos concentrados en la ciudad de Gaza para celebrar el segundo aniversario del levantamiento palestino contra Israel.
"Esta es nuestra manifestación y este es nuestro camino y objetivo hasta que los niños palestinos, los compañeros de clase de los niños mártires, ondeen las banderas palestinas en los minaretes e iglesias de Jerusalén", dijo Arafat.
El 28 de septiembre de 2000, el primer ministro israelí Ariel Sharon, por entonces jefe de la oposición de derecha, visitó la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén donde se encuentra el tercer lugar santo del Islam provocando enfrentamientos entre manifestantes palestinos y la policía israelí. Esas escaramuzas señalaron el comienzo de la nueva Intifada.
Esta tesis es rechazada por Israel, que acusa a los dirigentes palestinos de haber usado la visita de Sharon como pretexto para iniciar la sublevación, ya prevista desde el fracaso de la cumbre israelo-palestina de Camp David (EU), en julio de 2000.
ÁRABES DIVIDIDOS CON INTIFADA
El mundo árabe se muestra dividido sobre la conveniencia de proseguir la actual Intifada palestina contra la ocupación israelí, cuando se cumple el segundo aniversario del alzamiento popular en Cisjordania y Gaza.
De acuerdo con Mamduh Nofal, un analista político árabe, la Intifada "debe volver a ser un movimiento puramente popular pacífico, como fue en 1988, lo que requiere poner fin a los atentados suicidas" contra Israel.
"La primera Intifada, de 1988, fue para deshacerse de la ocupación, pero la actual condujo, en realidad, a una nueva invasión israelí y a la desaparición de cualquiera esperanza en conseguir la paz", dijo Abdelwahab Badrajan, un columnista del diario árabe "Al Hayat". |