ANTE EL ASOMBRO MUNDIAL Aumentan las pruebas sobre atrocidades cometidas en Timor Oriental
La gente en Timor ha comenzado a llevar ante las fuerzas australianas a las personas presuntamente relacionadas con las torturas.

Timor Oriental
AP
Se están hallando más pruebas sobre torturas y ejecuciones perpetradas en Timor Oriental, al tiempo que las tropas indonesias se van retirando de este territorio y entregan su control a las fuerzas internacionales de paz. Por ejemplo, en uno de los pocos cuarteles militares en Dili que no ha sido incendiado por los soldados antes de marcharse, ayer se halló un instrumento consistente en dos cucharitas adheridas a cada extremo de un trozo de madera, con sendos alambres debajo de la cinta adhesiva y conectados con un enchufe. Líderes independentistas locales han sostenido que los soldados indonesios sometían a torturas mediante electrocución y otros medios a personas que habían arrestado, bajo sospechas de que eran separatistas. Asimismo, en un poblado a 15 kilómetros al este de Dili ayer fueron exhumados los cadáveres de dos personas que, según funcionarios de las Naciones Unidas, habían sido ejecutadas. El vocero de la Misión de la ONU en Timor Oriental (UNAMET), David Wimhurst, dijo que una de las víctimas había sido apuñalada hacia arriba, por el mentón, y otra recibió un tiro en la cabeza. Pocos días antes se halló un cuerpo decapitado dentro de un pozo situado en el patio de la casa de un conocido independentista, y algunos habitantes locales dijeron que podría haber otros 20 cadáveres. Estos recientes hallazgos prestan mayor peso a los reclamos por que la ONU envíe un equipo de especialistas forenses, que empiecen a investigar las atrocidades cometidas en Timor Oriental y junte pruebas para presentar ante un posible tribunal sobre los derechos humanos. Funcionarios locales han señalado que muchas pruebas se están perdiendo por la descomposición o incendios. Según fuentes allegadas, centenares y quizás miles de personas han sido asesinadas en Timor Oriental en las últimas semanas, cuando pandillas de milicianos, apoyadas por tropas del ejército, cometieron desmanes en todo el territorio en represalia por el referéndum del 30 de agosto, en que se votó por abrumadora mayoría a favor de la independencia.
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