MENSAJE
Valore lo que tiene

Romulo Emiliani
Crítica en Línea
Valora usted lo que tiene? Es la pregunta que deseo hacerle en el día de hoy, Muy a menudo cometemos el gran error de añorar lo que no tenemos. Es cierto que hay que ambicionar, tener ideales, tener metas... pero también es necesario valorar y aprender a cuidar lo que tenemos. ¿Sabe usted que lo que tiene no es tan malo como usted ya piensa que es? Lo que sucede es que se ha acostumbrado a verlo, a tenerlo, a usarlo y le parece algo normal, "algo gastado". Esto se debe a que la rutina y la costumbre le han empañado la vista. Por ello le decimos: deténgase un momento; mire a su alrededor; mire lo que tiene y dígase a usted mismo que es una persona dichosa de bueno. De no ser así puede ocurrirle, ojalá que no, lo que a mucha gente le ha sucedido: que no saben lo que tienen hasta que lo pierden. Un hombre casado que tenía dos hijos, contaba la siguiente y muy interesante historia: "Mi esposa y yo llevábamos casados 18 años y sinceramente me había acostumbrado a ella y a todo lo que ella representaba. Para mí lo que ella hacía era algo normal, y no le daba mucha importancia. Un día enfermó gravemente; una terrible infección en los riñones la llevó al hospital. Allí estuvo 22 días. En casa todos estábamos nerviosos, teníamos miedo. Por primera vez en muchos años tuve un terrible miedo de perderla. ¡Qué falta nos hacía! No solamente era la cuestión doméstica, era su presencia, su risa, sus quejas, su regaño, su compañía. Me di cuenta de que ella era única, de que era parte de mi ser. Esta enfermedad me ayudó a valorar su persona, y a considerarla como lo que era. A los 22 días pudo volver a casa y comenzamos una vida nueva en el sentido de que le presté más atención y hasta la quise más." Este relato breve, sencillo, ha ocurrido en tantas ocasiones. ¡Es un gran mensaje para todos nosotros! Debemos aprender a valorar lo que tenemos y ser agradecidos. ¿Valora usted a sus hijos? ¿Se ha puesto a pensar en lo hermosos y maravillosos que son? No se fije solamente en sus defectos. Piense, y así lo es, que tienen cualidades maravillosas, y que muchos de los momentos más agradables de su vida son los que ha pasado junto a ellos. ¿VALORA USTED A SU CONYUGE? Tiene grandes cualidades, no es tan malo como usted piensa. En algunas cosas ha empeorado con el tiempo, pero en otras es excelente. No es perfecto ¿pero dónde está la persona perfecta? El ser perfecto no existe. Todos tenemos virtudes y defectos. Probablemente la rutina, la monotonía y ciertos resentimientos lo han hecho a usted insensible a todo aquello por lo que se casó con él, o con ella; ella o él siguen siendo la misma persona lo que pasa que es que "sus ojos están empañados". Limpie sus ojos y valore más lo que tiene... no sea que lo pierda y luego se lamente de ello. ¿VALORA USTED SU TRABAJO? Gracias a Dios que tiene trabajo, pues hay mucha gente que por desgracia no lo tienen. En ese trabajo tiene oportunidades maravillosas para surgir, para mejorar como empleado y como persona. Desempañe sus ojos y observe que el ambiente en que trabaja le ofrece mucho más de lo que usted se imagina. ¡Mucha gente no sabe lo que tiene hasta que lo pierde! Y este puede ser el caso suyo. Por eso yo le aconsejo que haga un inventario bien sincero de lo que tiene. Una lista de la abundancia de bienes que tiene. Me refiero a bienes como la familia, como su trabajo, como sus amistades y a alimentos como la paz, la tranquilidad; como los medios que tiene para santificarse; como el amor que tiene, y sobre todo, el Dios maravilloso y bueno que usted tiene en su corazón. Usted es mucho más dichoso que desdichado. Lo que pasa es que la rutina le ha empañado la vista y ve muy borroso. Vamos a limpiar sus ojos para que usted vea mejor y realice lo dichoso que es. Valorar lo que se tiene también significa saber cuidarlo: su esposo, su esposa, sus hijos, su trabajo, su relación con Dios. Me refiero a cultivarlo, no en el sentido de celos y de egoísmo sino a cultivarlo como lo haría con un jardín: prestarle más atención, darle más de su tiempo, de su energía, de su esmero, como lo haría con las flores. No espere a mañana para empezar a hacerlo, hágalo hoy mismo. Y sobre todo pídale al Señor que lo ayude a valorar todo lo que El le ha dado y que lo ayude a cultivarlo y recuerde ¡CON EL USTED ES... INVENCIBLE!
|