Un ilegal pero fructífero negocio de cientos de millones de dólares anuales se ha erigido en Centroamérica en torno al robo y la compra de niños, que luego son vendidos a familias de Estados Unidos y Europa, denunció una organización no gubernamental que trabaja en la protección de los menores.
Sólo en Guatemala, el año pasado se efectuaron cerca de 3.000 adopciones irregulares, pero el negocio ha extendido sus tentáculos a Costa Rica y probablemente a otros países de la región, dijo a la AFP el portavoz de Casa Alianza Internacional, Esteban Castro.
La existencia de una o varias redes de tráfico de menores en el istmo, lo que ya ha sido denunciado con anterioridad, recobró vigencia luego que el domingo anterior las autoridades de Costa Rica rescataron a nueve bebés guatemaltecos, mantenidos en una casa del barrio La Uruca, al norte de la capital.
La policía detuvo a tres mujeres guatemaltecas, dos hondureñas y un suizo que se hallaban en la vivienda, así como al abogado costarricense Carlos Hernán Robles y una asistente suya de apellido López, de quienes se sospecha que están involucrados en el tráfico de menores.
Otra casa fue allanada en la población de Tres Ríos, 11 kms al sureste de San José, donde se encontraron cinco bebés que se presume iban a ser enviados al extranjero.
Según Casa Alianza, en la actividad participan empresas radicadas tanto en Centroamérica como en EEUU, bufetes de abogados, médicos, enfermeras y funcionarios públicos que facilitan los trámites.
En ninguno de los países de Centroamérica se protege seriamente a los niños, dice la entidad. |