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Enormes compuertas  |
Las enormes compuertas que hoy día se abren para el paso de miles de barcos de todos partes del mundo fueron construidas por fin dentro de los primeros años del nacimiento de la República, a pesar que el rey Felipe II mandó a parar la excavación del canal, bajo pena de muerte, porque el hombre no debe separar lo que Dios unió.
Tres siglos después, una empresa francesa, la Compañía Universal del Canal Interoceánico, empezó los trabajos en Panamá. La empresa avanzó treinta y tres kilómetros y cayó estrepitosamente en quiebra. Desde entonces, los Estados Unidos decidieron concluir el canal. |