EN EL BEISBOL Cuba le recordó a EU quienes son los campeones olímpicos
Fanáticos del equipo cubano celebran el triunfo sobre los Estados Unidos.

Sydney
EFE
Los peloteros del equipo cubano de béisbol comenzaron a mostrar de lo que son capaces de hacer cuando están en el diamante y el rival que sufrió los efectos fue su mayor enemigo, la novena de Estados Unidos, que no pudo aguantar el oleaje caribeño y sucumbió por 6-1 en la fase preliminar de los Juegos de Sydney. El partido, que se convirtió en uno de los acontecimientos de mayor interés en lo que va de competición Olímpica, no defraudó a nadie porque tuvo todos los ingredientes de lo que puede ofrecer un juego de pelota. Rivalidad, lucha por ser el mejor, grandes peloteros y como condimento a todas las buenas cualidades deportivas, el factor patriotismo y una gran dosis de política, que siempre encierran los duelos entre Cuba y Estados Unidos. Además el equipo estadounidense llegaba al partido como el único invicto de la competición, mientras que Cuba, a pesar de ser los dobles campeones Olímpicos, había sufrido una humillante derrota por 4-2 frente a Holanda. Los cubanos con el abridor José Ibar en el montículo y el bate oportuno de Luis Ulacia, Antonio Pacheco, Oscar Macias y Miguel Caldés de inmediato despejaron todas las dudas al poner a la novena caribeña con la ventaja de 4-0 cuando terminó la primera entrada. A partir de ese momento, en el diamante del Baseball Stadium del Parque Olímpico, se comenzó a jugar un partido que ya estaba decidido a favor de Cuba porque tenía en el montículo a un lanzador que dominaba a los bateadores estadounidenses, que recuperaron su mejor picheo con el relevista John Rauch, pero el daño ya estaba hecho al abridor Rick Krivda (0-1). “Nosotros no fuimos intimidados por nadie, lo que sucedió fue que tuvimos problemas con nuestro ataqsi nos olvidamos del primer episodio creo que jugamos un gran partido de béisbol”, declaró Tommy Lasorda, dirigente de Estados Unidos. El mismo criterio expresó Servio Borges, dirigente del equipo cubano, cuando dijo que ambos equipos eran potentes y habían jugado bien. Pero ahí se quedó el aspecto diplomático y deportivo del nuevo duelo cubano-americano, porque primero en el diamante y luego fuera del mismo los hechos demostraron que la rivalidad y las connotaciones que tienen los partidos entre ambas novenas van mucho más allá de un partido y un resultado.
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