Miércoles 23 de sept. de 1998

 








 

 

EDITORIAL
Los panameños desprevenidos ante los retos del milenio

El gobierno de Panamá nada ha dicho sobre preparativos del próximo milenio. Como siempre, a la hora de la verdad estaremos improvisando para ser fieles a nuestra idiosincrasia.

Para el próximo año, el último del siglo veinte, sin embargo tenemos grandes expectativas sobre lo que nos depara el milenio. Falta algo más de cien días para que agonice 1998 y no tenemos idea del programa tentativo que se haya elaborado o un bosquejo de la ceremonia para recibir nuestro principal recurso que es el Canal de Panamá. Hasta el momento, no se ha hablado nada del asunto.

La recuperación total de la soberanía panameña en lo que era antiguamente la Zona del Canal y que la propaganda oficial por la emisora de los "halcones de Torrijos" proclamaba la eliminación de la "quinta frontera"y las "últimas estacas del colonialismo", debiera implicar grandes festejos por la reversión canalera, pero nada hay al respecto para esta cita patriótica. Ni siquiera se ha levantado vapor por la celebración de los carnavales que debieran ser nombrados "Carnaval de la soberanía" o "de la libertad" por el acontecimiento que se va a registrar el próximo año.

No queremos pensar que el gobierno perredista, maltrecho en el último referéndum, haya abierto un compás de espera para ver qué ocurre en los comicios del 2 de mayo de 1999. Sería muy mezquino de su parte postergar cualquier ceremonia o minimizar tales efemérides por consideraciones políticas, ya que el extinto líder del "proceso revolucionario" decía que "el Canal es la religión que une a todos los panameños".

Si el Congreso Universal del Canal no tuvo el brillo que se merecía, sí debemos, como pueblo, darle la importancia que requiere la reversión de la vía interoceánica. Pero para eso hay que empezar desde este momento nombrando un comité integrado por las fuerzas vivas de todos los sectores para que trabaje en ese objetivo.

El esplendor que tenga la alborada del milenio va a depender de todos: gobierno, empresa privada, clubes cívicos, campesinos, obreros, estudiantes, profesionales etc. Va a hacer falta muy buena voluntad, vocación de Patria, nada de egoísmo ni mediocridad, teniedo al margen la política. Ningún panameño, rico o pobre, debe estar fugitivo de la gloria de ver nuestra Patria libre y soberana. Es la oportunidad única de unirnos como pueblo en torno a un ideal cristalizado, conscientes que el águila del norte no será más árbitro de nuestro destino.

 

 

 

 


 

AYER GRAFICO
El Partido Demócrata Cristiano en los tiempos en que era firme baluarte contra la dictadura.


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no cumplo como funcionario.


OPINIONES



 

 

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