Miércoles 23 de sept. de 1998

 








 

 

FAMILIA
Algunas sugerencias sobre el uso del idioma

James A. Inciardi

Una peculiaridad de la lengua es la redefinición de palabras, sea a través de la simple ignorancia, sea por interés deliberado. Esta variedad de manipulaciones linguísticas ha sido un problema particular en el campo de la droga durante bastante tiempo. Pocas palabras en la lengua inglesa, por ejemplo, han estado tan mal definidas, mal usadas y mal comprendidas como narcótico y adicción. Las consecuencias de estos abusos linguísticos se han vuelto evidentes en el área de la legislación sobre abuso de drogas, prevención, educación y tratamiento.

El amplio e incoherente uso de la palabra narcótico aparece no sólo en los medios de comunicación populares sino en los círculos legales y científicos por igual. A veces narcótico se utiliza para caracterizar cualquier estado de estupor inducido por drogas, insensibilidad y sueño, abarcando así una gama de sustancias que van del alcohol a la heroína. Se lo suele usar para clasificar compuestos que producen adicción, una situación que crea una confusión aún mayor, dado que adicción se define tan azarosamente. En asuntos legales, narcótico a menudo designa cualquier droga que es supuestamente "peligrosa", se abusa ampliamente de ella o tiene un elevado potencial de abuso. Como consecuencia, sustancias tales como la marihuana, la cocaína, el PCP y las anfetaminas se han considerado, junto con la heroína y la morfina, en regulaciones de narcóticos, a pesar de que tienen poco en común con los verdaderos narcóticos. La cocaína, por ejemplo, tiene efectos que son casi totalmente opuestos a los de la heroína. En medicina, un campo en el cual se debería esperar una mayor especialidad, los términos narcóticos, opiáceos, drogas que producen dependencia y drogas similares a la morfina se utilizan alternativamente. En otros campos, los narcóticos son simplemente drogas "que producen hábito".

En farmacología, una ciencia que se centra en la naturaleza química, la estructura y la acción de las drogas, la designación de narcótico es bastante específica. Incluye los derivados naturales de la Papaver somniferum L. -La amapola del opio- que tienen propiedades analgésicas y sedantes y cualquier derivado sintético de estructura y acción farmacológica similar. Así, la gama de sustancias que pueden llamarse correctamente narcóticos es bastante limitada y abarca cuatro grupos específicos.

NARCOTICOS NATURALES

  • Opio, derivado directamente de la Papaver somniferum L.
  • Morfina y codeína, derivadas del opio
  • Narcóticos semisintéticos
  • Heroína
  • Hidromorfona (Dialudid)
  • Oxicodona (Percodam)
  • "Drogas diseñadas"
  • Narcóticos sintéticos de alta potencia
    • Metadona (Dolophine)
    • Meperdidina (Demerol)
  • Narcóticos sintéticos de bajo potencia
    • Propoxifena (Darvon)
    • Pentazocina (Talwin)

Hay muchas otras drogas en las tres últimas categorías, pero los ejemplos indicados son los más conocidos y de los que se abusa más ampliamente.

Un efecto característico de las drogas narcóticas es la adicción, un fenómeno que ha tenido muchos sentidos a lo largo de los años. La etiqueta de la adicción se ha utilizado alternativamente con "poductor de dependencia", "formador de hábito" y "acostumbramiento". También están las metáforas de "dependencia física" y "dependencia psicológica". Si adicción realmente significara todas estas cosas, casi todo podría ser adictivo: de la Coca-Cola al sexo, de mirar televisión a escuchar música rock, inclusive comer, dormir, jugar al ajedrez y respirar. La marihuana, el PCP, el éxtasis y muchas otras drogas se han llamado adictivas, cosa que no son.

 

 

 

 



 

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