CREO SER UN BUEN
CIUDADANO
Sin embargo, no aprovecho las oportunidades de trabajo
Esta es la constante: los jóvenes pierden sus trabajos y no les importa. Cuando consiguen un empleo lo asumen con tanta frialdad, que se puede vaticinar su salida con solo mirar cómo se desempeñan su primer día. La juventud no está comprometida ni con el país ni con su propio futuro. No enfrentan los retos laborales con hidalguía, con un serio compromiso por superarse y ayudar a su familia y a sí mismos. Es por eso que no dan el cien por cien cuando empiezan a trabajar. Se conforman con aprender lo mínimo y ganarse unos reales, mientras dure la experiencia. No tienen sueños, metas, ambiciones sanas. Con esta actitud, la Patria también deja de crecer. Nos tenemos que conformar con depender de fuerzas extrañas, porque nuestros propios jóvenes están conformes con ser peones de turno, y nada más.
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