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CUARTILLAS
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Milciades A. Ortiz Jr.
Colaborador
Como muchos padres de familia responsables, el Dr. Stanley Heckadon me pidió que los periodistas siguieran escribiendo sobre el tema de la prostitución infantil. Indicó que no había que dejar que el asunto se olvidara, porque eso permitiría que siguiera realizándose esta actividad tan denigrante. Son muchos los panameños que temen que dentro de poco desaparezca el interés que algunos sectores periodísticos y sociales tienen por esclarecer el asunto denunciado por los periodistas españoles de Antena Tres. Este temor tiene varias razones: primero, porque la prensa en Latinoamérica es "efervescente": se sube como el alka-seltzer y luego de unos días, el asunto que causó conmoción desaparece. Esto lo confirmó recientemente el relator de la OEA para asuntos de Libertad de Expresión, Dr. Santiago Cantón. Y segundo, porque el asunto de la prostitución infantil y de mayores en Panamá, es un "secreto a voces", donde están relacionados elementos de influencia y poder político, periodístico, económico, etc. Es tan delicada la cuestión, que más de uno pensará que es mejor dejar de remover lo de la prostitución, porque como dijo una de las mencionadas en el reportaje, "rodarán muchas cabezas". Otros piensan que las relaciones sexuales mercenarias son asunto privado, y por lo tanto, los periodistas españoles o panameños no deben meter sus narices en esto. También hay que señalar que la prostitución es un negocio que mueve mucho dinero, y por eso no será fácil controlarlo y menos eliminarlo. Cualquiera sabe en Panamá el poder que tiene el dinero, que "no es Dios pero puede hacer milagros", como dicen algunos en Santa Fe. Me parece que a lo mejor la salida más "expedita" del espinoso reportaje de los españoles, que vieron millones de persona en todo el mundo, es castigar con penas leves a uno o dos sujetos descubiertos por los periodistas españoles, para calmar el disgusto que tiene la comunidad panameña. De esa manera quedarían ocultos personajes y situaciones muy comprometedoras... ¡y todos contentos! El mismo relator de la OEA, Dr. Cantón, indicó en la Universidad que los periodistas tenían en sus manos los elementos de presión para evitar que un asunto quede en nada. Citó el caso del fotógrafo argentino que mataron elementos facinerosos que no querían que se conocieran sus negociados. Dijo el Dr. Santiago Cantón que por meses los periodistas argentinos mantuvieron campaña en todos los medios de comunicación, exigiendo el esclarecimiento de este horrendo crimen. Así se presionó al gobierno para que encontrara a los culpables. Además, buenos periodistas investigadores podrían profundizar en el asunto, con lo que se obligaría a las autoridades a no ocultar casos de importancia. En el caso panameño, creo que los periodistas debemos mantener una especie de cruzada para que se aclare al máximo lo de la prostitución infantil y de adultos, especialmente el sórdido negociado que rodea esta infame actividad. En lo personal sigo esta línea de conducta y esta es mi cuarta columna (escrito), que se refiere al tema. Creo que es buena la ocasión para demostrar al mundo que los panameños no permitimos la prostitución, aunque muchos sepamos que eso fue como "descubrir el agua tibia". (A propósito: hace poco leí el testimonio de una joven donde aceptaba que en su colegio secundario había compañeritas menores de edad, que ejercían la prostitución por "diversión" y para "ganar dinero fácil". Así que no seamos hipócritas y no tratemos de ocultar el sol con las manos).
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