Líderes de 170 países empezaron a llegar a Nueva York para participar hoy en una Cumbre mundial sin precedentes, convocada para reformar la ONU y sobre la que horas antes de inaugurarse pesa la amenaza del fracaso.
Por ahora, no existe consenso sobre la reforma que deben avalar jefes de Estado y de Gobierno venidos de los cinco continentes.
Los países industrializados, encabezados por Estados Unidos, y las naciones en vías de desarrollo mantenían grandes divergencias sobre aspectos como seguridad, derechos humanos y el combate contra la pobreza.