Planear el encuentro es tentador. Sólo experiméntalo. Desde que amanece dile a tu hombre que quieres sentirlo, que quieres una entrega como nunca, ambos se irán con el pensamiento de lo que pasará en la cama. Eso sí, a la hora de trabajar hay que concentrarse en los pendientes. Camino a la casa piensa en todo, no sólo en el beso, la caricia y el coito.
Tocar cada punto de la piel es una experiencia excitante, y encontrar ese llamado punto G, para el hombre, es toda una aventura; para la mujer es.., mejor que cada persona lo defina.
Sin embargo, es conocido que existen muchas poses que hacen de la entrega íntima, un verdadero acto de relajación. Por ejemplo, la posición del perrito sirve para cumplir el objetivo: gozar; es sencilla, la mujer reposa sobre sus rodillas y brazos, mientras el hombre hace su trabajo desde atrás, ambos se sentirán complacidos.
Y qué decir de la pose de la amazona en la que la mujer se sienta a horcajadas (amarrando sus pies a la cintura de él) y ambos se mueven frente a frente. Es ideal para que la mujer marque su propio ritmo.
Claro, la posición de profundidad total se logra con la mujer tumbada boca abajo, separando sus piernas y situándolas sobre los hombros de su pareja.
Es una de las posturas más excitantes y placenteras.
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