EDITORIAL
Histórico aniversario
Hace 22 años se cumplió un hecho histórico. En el salón las Américas de la OEA, en Washington, se firmaron el Tratado del Canal de Panamá y el Protocolo de Neutralidad de la vía interoceánica. El acto en sí dio inicio al fin del enclave colonial, pero forma parte de una lucha generacional, que registra su mayor expresión en los sucesos heroicos del 9 de enero de 1964, cuando jóvenes panameños fueron víctimas de la agresión militar estadounidense con saldo de una veintena de muertos y 300 heridos. El acto registrado el 7 de septiembre de 1977 sepultó la Convención Istmica firmada el 18 de noviembre de 1903 por John Hay y el francés Philipe Bunau-Varilla, un tratado que ningún panameño firmó, que permitía al Coloso del Norte la ocupación y control a perpetuidad de la Zona del Canal y el derecho a intervenir en Panamá. Los tratados de 1977 dieron paso a una nueva relación entre Estados Unidos y Panamá, pero el pasado también registra jornadas para disminuir el colonialismo norteamericano, prueba de ello, son el Tratado General de Amistad y Cooperación del 2 de marzo de 1936 y el de Mutuo Entendimiento y Cooperación del 25 de enero de 1955. La hora cero del pacto canalero que hoy cumple su vigésimo segundo aniversario será al mediodía del 31 de diciembre de 1999. Panamá y sus nacionales se han preparado para asumir el control pleno de la vía acuática y la soberanía total de su territorio, sin la tutela de tropas norteamericanas. La transferencia progresiva de áreas de la antigua Zona del Canal se ha cumplido sin mayores contratiempos. Hoy, menos de 500 soldados norteamericanos permanecen en Panamá. Lo único que opaca la nueva relación con nuestro socio estadounidense es la contaminación de algunos polígonos de tiro utilizados por el Comando Sur. El gobierno panameño debe mantener su exigencia para sanear esas bases y Washington debe entender que es de justicia y su deber cumplir con ese compromiso.
PUNTO CRITICO |
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