El primer ministro de Nueva Zelanda, John Key, dijo ayer que tardarán al menos un año en reconstruir las zonas de Christchurch y otras ciudades del sur del país afectadas por el terremoto de 7,2 grados en la escala abierta de Richter.
El sismo ocurrió el sábado en la madrugada a 28, 4 kilómetros de profundidad bajo el lecho marino y 31 kilómetros al noroeste de Christchurch, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, que vigila la actividad sísmica mundial.
Según el balance oficial, una persona murió de un ataque al corazón y decenas resultaron heridas, dos de gravedad, por el violento temblor, que derrumbó fachadas enteras de edificios y dejó grandes fracturas en las calles.
Más de 500 edificios comerciales quedaron dañados y al menos un 20% de las viviendas quedaron inhabitables en Christchurch, la segunda mayor ciudad del país con unos 380,000 habitantes.