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Domingo 5 de septiembre de 1999


MENSAJE
Eso no tiene importancia

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Rómulo Emiliani
Monseñor

Las angustias, temores y resentimientos causan gran daño a nuestro ser. Muchas personas viven parcialmente inmovilizadas por los recuerdos de errores propios o ajenos cometidos en ayeres lejanos; viven sacudidos emocionalmente, continuamente recordando, aturdiéndose y sufriendo más y más.

Dentro de ellas el ayer se convierte en un tirano, en un torturador del alma. ¿Qué se gana con todo esto? ¡Nada! Sólo amargarse el presente y dejar pasar ocasiones maravillosas porque su mente está aferrada al pasado.

No podemos hacer nada con el pasado, entonces ¿Por qué llevar esas cargas tan pesadas cuando hay tanto que hacer en el presente?

Por otra parte, hay mucha gente que vive con pánico respecto al futuro, cargándose emocionalmente, amargándose por cosas que no han sucedido, que probablemente jamás van a suceder y que tampoco pueden solucionarse antes de tiempo. Es mejor desprendernos de esos recuerdos y preocupaciones, es decir lanzarlos al "mar del olvido" o tirarlos al "pozo profundo de la indiferencia". A cada día le bastan sus propias tareas como para cargar con todos los pesares pasados y las preocupaciones futuras.

Recuerde usted, los fastidios y preocupaciones no se van por sí solos, hay que hacer algo concluyente: No preocuparse, no hacer caso, olvidarlo, echarlo fuera, no procesarlo en su consciente. Si usted coge todos esos temores, angustias y conflictos y los procesa en su Computadora Mental que es su consciente, eso va a estar todo el día allí dándole vueltas y más vueltas, causándole mucho daño y destruyendo su paz. ¡No lo permita!, échelo todo al pozo sin fondo de la indiferencia, simplemente diga : "No me afecta, soy indiferente, es absurdo, no me da la gana de gastar más energía con este problema; me estoy angustiando, me estoy matando y aniquilando interiormente".

Esta forma de actuar le brindará grandes beneficios. Un hombre tenía por esposa a una mujer histérica que se quejaba siempre por cosas insignificantes, sin embargo él logró mantenerse calmado ante esta situación mandando todas las cosas que le podían haber afectado a la "Computadora de la Nada". Por otra parte, había una mujer que tenía un esposo poseedor de un mal carácter y ella sufría mucho con sus ofensas verbales y maltratos. Las pequeñas contrariedades de la vida lo exasperaban y a menudo protestaba por cosas insignificantes. Pero un buen día ella se decidió definitivamente a no reaccionar ante la ira de este hombre evitando caer en discusiones que llevaban a herir los sentimientos de cada uno.

Simplemente asignaba los berrinches del esposo al "mar del olvido", es decir, no registraba esas ofensas, no las archivaba en su mente. Entonces, como este hombre no podía discutir con "la nada" y se hallaba solo agitándose en su vacío emocional, aprendió también a calmar sus rabietas inútiles y poco a poco dejó de actuar de esta forma y se libró de sus antiguas crisis emocionales. Es una actitud muy sana desahogar positivamente las preocupaciones realizando una catarsis para borrar mental y emocionalmente estos pensamientos y sentimientos indeseables lanzándolos a la "Computadora de la Nada", tirándolos al pozo de la indiferencia.

 

 

 

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