FAMILIA
Narcótico anónimos, Quinto paso

Joaquín Arias
Presidente de la Fundación Pro-Vida
Igual podemos deshacernos de la tensión acumulada. El hecho de escribir es como si levantarámos la tapadera de una olla de presión. Así sabemos si queremos aprovechar su contenido, taparlo de nuevo o tirarlo a la basura. Nuestro trabajo ya está hecho. Ya no tenemos que cocer en la olla. Tenemos papel y bolígrafo, pedimos ayuda a Dios y vamos descubriendo los defectos que nos causan dolor y sufrimiento. Rezamos para tener valor y ser plenamente conscientes de nosotros mismos, a fin de que el inventario nos ayude a poner nuestras vidas en orden. Al rezar y actuar, toda va siempre mejor. Seguro que no vamos a ser perfectos. Si lo fuéramos no seríamos humanos. Lo importante es que hagamos lo mejor que podamos. Utilizamos las herramientas que están a nuestro alcance y desarrollamos la capacidad de controlar nuestras emociones. No queremos perder nada de lo que hemos ganado; queremos seguir en el programa. Nuestra experiencia enseña que por muy minucioso que sea un inventario, nunca tendrá efecto duradero si no es seguido prontamente por el quinto paso, realizado de forma igualmente minuciosa. "Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestras faltas". El Quinto Paso es la clave de la libertad. Nos permite vivir sin drogas hoy por hoy. El compartir la naturaleza de nuestras altas nos libera y nos permite vivir. Después de haber hecho un minucioso Cuarto Paso, tenemos que enfrentarnos con lo que hemos descubierto en nuestro inventario. Se nos advierte de que si guardamos estos defectos para nosotros mismos, caeremos de nuevo en las drogas. Si nos agarramos a nuestro pasado, tarde o temprano volveremos a enfermar sin poder participar en este nuevo modo de vida. Si no somos honestos al hacer el Quinto Paso, obtendremos los mismos resultados negativos que la falta de honradez nos brindó en el pasado. El Quinto Paso nos sugiere confesar a Dios, a nosotros mismos y a otro ser humano la naturaleza exacta de nuestras faltas. Hemos examinado nuestras faltas, hemos estudiado nuestros viejos hábitos y hemos empezado a ver algunos aspectos más profundos de nuestra enfermedad. Ahora compartimos nuestro inventario en voz alta con otra persona. Cuando hagamos esto, nuestro Poder Superior nos ayudará a liberarnos del miedo que sentimos a enfrentarnos a nosotros mismos y a otro ser humano. Algunos pensábamos que no era necesario admitir a nuestro Poder Superior la naturaleza exacta de nuestras altas. "Dios ya lo sabe todo", racionalizamos. Aunque El ya lo sepa, para ser verdaderamente eficaz la admisión debe salir de nuestros propios labios. El Quinto Paso no es simplemente una lectura del Cuarto Paso. Durante muchos años hemos evitado vernos como realmente éramos. Nos avergonzábamos de nosotros mismos y nos sentíamos aislados del resto del mundo.
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