La empresa guiada por valores
Mauro Destro
Docente de la UTP
La historia de la humanidad
está manchada con acciones que indican lo poco que se toman en cuenta
los sagrados principios del respetuoso vivir. En efecto, muchos han sido
los escándalos de corrupción que han salido a la luz pública
especialmente en los últimos veinte años.
La década de los ochenta y los años del noventa, fueron
testigos de "grandes" e "importantes" pactos entre el
mundo político y económico en la mayoría de los países
occidentales. Los empresarios y los políticos, sin muchos escrúpulos,
llegaban a "muy buenos" entendimientos, para beneficios comunes;
los negocios eran más fáciles y seguros obviando a las naturales
y sanas luchas de mercado.
Esta práctica ha generado una actitud que ha penetrado en lo más
profundo de la sociedad, "minando" la solidez de los valores de
los individuos inclusive en las familias.
Dante Alighieri exhortó: "Consideren vuestra estupidez. No
fueron hechos como brutos, sino para seguir virtudes y conocimiento".
Es evidente que la sociedad en general se está preocupando por
la pérdida de valores en las relaciones humanas, hecho éste,
denunciado en varias ocasiones por diferentes fuentes en los principales
medios de información de los países. Es frecuente ver programas
especiales en los cuales se exhorta a los ciudadanos a retomar aquellos
sanos principios heredados, como fundamental herencia, de nuestros padres.
Por otra parte, los cambios generalizados que se están dando a
nivel mundial, la creciente demanda de productos y servicios con mayor valor
agregado, incluyendo la calidad, y la corta duración de la tecnología
empleada en la producción, obligan a las empresas a alcanzar niveles
siempre mayores de productividad para mantenerse en el mercado satisfecho
con crece las necesidades de los clientes.
Pero es el Recurso Humano que, con su nivel de preparación técnica
y su actitud, determina el grado de competitividad de la empresa. Ese nivel
puede superarse sólo con la capacitación continúa y
con la recuperación de aquellos valores que garantizan excelentes
relaciones humanas. Grandes pensadores del campo de la administración
han "re-descubierto" la importancia de los principios como reguladores
de las actividades de producción.
El señor Thomas J. Watson dijo: "Nuestra atención
anticipativa sobre las relaciones humanas no fue motivada por el altruismo,
sino por la simple convicción que si nosotros respetamos a las personas
y las exhortamos a respetarse, la sociedad logrará grandes ganancias".
Estas palabras pronunciadas en la década de los '50, indican la preocupación
de un emprendedor con el fin de lograr un ambiente indispensable para un
eficiente desarrollo de las actividades económicas. En efecto, es
el "leadership" que debe inspirar los colaboradores en la búsqueda
de una visión y transmisibles valores.
Las diferencias entre un jefe (antiguo administrador) y un "leader",
son las mismas que existen entre el día y la noche. El primero prefiere
la estabilidad y el control a través de la aplicación de reglamentos
y procedimientos. Está convencido que la pasión, el entusiasmo,
los sentimientos no se deben considerar. Mientras que, el verdadero "leader"
ama los cambios y los nuevos desafíos. Es en este caso que los valores
ofrecen su máxima contribución al éxito de la empresa.
El "leader" adopta valores en sus técnicas administrativas
y los transmiten en su organización logrando lubricar y eliminar
las fricciones en las relaciones entre los hombres. Un ambiente de este
tipo es garantía de desarrollo.
Es una opinión compartida que las empresas deben contar con una
marcada ética en los negocios basados en valores como: la Responsabilidad,
Lealtad, Integridad, Honestidad, Confianza, Compromiso, entre otros.
Por otra parte, si el uso de los valores pueden incrementar la calidad
de vida y, por lo tanto la productividad, es espontáneo pensar que
las empresas exitosas son "Guiadas por valores".
VALORES-JUNTA DIRECTIVA-GERENTE GENERAL-COMERCIALIZACION-ADMINISTRACION
PRODUCCION
El posesionar los valores a la cabeza del organigrama de la empresa moderna,
permite identificar inmediatamente la importancia de los mismos para el
funcionamiento de una organización. Se trata de una verdadera "revolución
cultural" para la ética en los negocios.


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