EDITORIAL
Y ahora, cuál es el camino? ...
Proclamados los resultados
matemáticos de la votación popular que rechazó las
reformas constitucionales queda en evidencia que la voluntad de los votantes
dejó sentado su repudio al rumbo que transita la vida panameña,
sometida a los rigores de medidas económicas y financieras apresuradas
que desmantelan la rústica producción nacional, incrementan
la pérdida de puestos de trabajo e introducen inestabilidad y temores
en el pueblo.
Ante tal determinación de los electores se impone que las fuerzas
políticas organizadas y las entidades representativas de la sociedad
civil digan sus palabras orientadoras y señalen el camino que debemos
recorrer para garantir a Panamá estadios de progreso, desarrollo
y convivencia tolerante.
La unidad del pueblo es la fuerza que permite adoptar medidas heróicas,
que impulsen el vivir colectivo hacia logros sensitivos, que acaben con
la creciente miseria, la galopante pobreza, los estadios de desprotección
y abandono; realidades que ahora acosan a los condenados de la fortuna.
Los beneficios de la reversión canalera, sus terrenos y estructuras
deben irradiarse al país, haciendo símil con aquella proclama
suramericana que predicó la consigna de "sembrar el petróleo",
que ahora diríamos, "sembrar el Canal", de forma que la
renta transitista se irradie a las lejanías distritales solventando
carencias abismales en salud, educación, caminos y nutrición;
aspectos básicos de la adolorida realidad nativa.
Las prédicas electorales de los comicios venideros del 2 de mayo
de 1999, requieren acompañarse de propuestas ciertas; de medidas
puntuales a aplicar; de manera que los electores puedan definir sus escogimientos,
favoreciendo a quienes buscan rectificaciones de equidad, incorporaciones
de justicia, revisión de equívocos, con lo cual el país
evitará repetir el yerro cometido.
Las búsquedas populares requieren participación decidida
de las mayorías, haciendo que los resortes de la democracia, las
ejecutorias del ente público, las acciones de los esclarecidos empresarios,
funcionen para repartir pan, paz y felicidad; objetivo básico de
la vida política y social.
Los enceguecidos pronosticadores que predican futuro resquebrajamiento
en la unidad popular olvidan que la enseñanza del referéndum
ha calado profundamente en la vida nacional, por lo cual las mayorías
piden a gritos concertar entendimientos mayoritarios que defenestren el
régimen perredista y su modelística de injusticias e insensibilidad
que reparte las riquezas y los beneficios económicos en una cúpula
de favorecidos, que ahondan la brecha entre pobreza y riqueza.
El camino es forjar la unidad del pueblo; mantenerla despojándose
de pequeñeces y superando egoísmos de enano tamaño;
solamente así devolveremos a Panamá los senderos de justicia
social, de esperanzas y confianza, que reclama el pueblo vapuleado hoy por
carencias mil.


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AYER GRAFICO |
La crema y nata del teatro panameño actuando en la obra "Las
Brujas de Salem". |


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