¡Reemplacen las portadas de los muertos por él; olvídense de quién robó, mató o violó; este es el momento de darle al país esa agua refrescante para paliar la gran cantidad de hechos negativos que son la comidilla diaria, en los medios de comunicación social! ¡Irving Saladino es nuestro; es nuestro canguro panameño no australiano!
Ayudado por la complicidad del viento, se impulsó para darles al país y a los panameños, la primera medalla de oro en una contienda universal.
a competencia no fue fácil; primero fue una sucesión de pasos que se fueron acelerando hasta convertirse en un torbellino y en su último intento, se proclamó campeón de salto largo, en el mundial de atletismo que se realizó en Osaka, Japón.
"Cuando fui a ese salto me dije, ahora o nunca", subrayó Saladino, quien en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 buscará completar su prometido trío de éxitos que inició hace un mes cuando ganó el oro Panamericano en Río de Janeiro. "Voy a ser también campeón olímpico", afirmó un eufórico Saladino, quien saltó 8,57 metros en su último intento para superar al italiano Andrew Howe, quien poco antes lo había desbancado de la punta al conseguir una marca de 8,47.
"Eso no me importó porque yo sabía que iba a ser campeón, pero por momentos se me pasaron algunas cosas negativas por la cabeza", dijo el panameño, que había marcado la pauta en la final a partir del tercer intento al conseguir un registro de 8,46.
Pero Saladino, invicto esta temporada logró dar el salto de su vida justo en su último intento, cuando Howe estaba festejando de antemano, gritando, saltando y golpeándose el pecho. "Casi no ví lo que hacía Howe, sólo pensé en dar mi salto", dijo el "Canguro" Saladino.
Saladino tiene "una calma única, y demostró lo que tiene que tener un gran campeón", exclamó uno de sus entrenadores.