El plátano y su manejo integrado

Diamar E. Díaz
Crítica en Línea
Considerado como un productos de gran importancia dentro de la canasta básica, el plátano es uno de los rubros de mayor trascendencia social y económica en la provincia de Darién, por lo que el mejorar sus formas de cultivo se hacen imprescindibles. Por esta razón el Instituto de Investigación Agropecuaria (IDIAP), realiza una serie de investigaciones para mejorar las condiciones del rubro. Las plantaciones establecidas producen estrechos márgenes de ganancia, puesto que no se consideran aspectos agronómicos que van desde la selección del terreno hasta la cosecha. Para mejorar estos inconvenientes, Los suelos adecuados son de topografía plana, profundos que tengan más de 1.2 metros, bien drenados, de textura franca, que permitan mantener la humedad, sin obstaculizar el drenaje y la aireación. La preparación del suelo se inicia con la socuela o limpieza de arbustos y maleza. Los rebrotes que sean muy persistentes pueden eliminarse con el herbicida glifosato, a razón de 3.5 onzas por bomba de cinco galones, tres semanas antes de la siembra y en forma localizada. Al momento de la siembra se prefiere como semilla a los hijos que tengan la forma de espada o lanza, de 45 cm de diámetro y entre 0.75 - 1.50 cm de alto. El rizoma debe pesar entre 4 a 6 libras limpio, y haber sido cortado a 15 cm por encima de la zona de raíces. En la labor del pelado del tallo se deben cortar las raíces, las hojas secas, la tierra adherida y las áreas con pudrición o lesiones de insectos y lombrices, teniendo el cuidado de no llegar hasta la zona vascular. El cultivo debe realizarse en el período en donde se estabiliza la estación lluviosa. Si se cuenta con suficiente semilla y el equipo de riego, se puede sembrar durante todo el año. Se recomienda el sistema de doble hilera en surco, que establece una alta densidad de plantas por hectárea y que consiste en labrar dos hileras separadas a un metro y dos metros entre plantas, colocando las semillas de cada hilera en forma alterna. Entre las dobles filas se deja un espacio de cinco metros, donde se pueden establecer sembrados como otoe, maíz y arroz. Este sistema permite una densidad de siembra de 1,720 plantas de plátano por hectárea. Los hoyos deben ser hechos de acuerdo al tamaño de la semilla. Las hileras se deben sembrar en dirección este a oeste o en dirección a la corriente del viento. El plátano tolera suelos ligeramente ácidos o ligeramente alcalinos (pH de 6.0 a 7.5). Sin embargo, es importante contar con el análisis de suelo, previo a la recomendación del fertilizante. Para el control de malezas, se recomienda la chapia manual con machete o la mecánica, con desbrozadora. Las chapias se deben hacer en períodos de cuatro a seis semanas, dependiendo del crecimiento y desarrollo de las malezas. En el deshije, se deben eliminar los hijos indeseables (hijos de agua) y seleccionar aquellos que permitan una buena alimentación de las plantas. Se debe seleccionar un hijo por mata. El resto se corta al ras del suelo. El deshije se hace cada dos meses. El deshije es una práctica de manejo cultural de la Sigatoka negra y se recomienda eliminar todas aquellas hojas que tengan más de 60% de la lámina foliar enferma o que por causas naturales se hayan secado y permanezcan colgando de la planta. Al momento de la salida de la inflorescencia, la planta debe poseer de ocho a nueve hojas y el ciclo del deshoje debe hacerse cada 22 días, procurando dejar la mayor cantidad de área foliar posible, puesto que la planta no emitirá más hojas.
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El plátano tolera suelos ligeramente ácidos o ligeramente alcalinos (pH de 6.0 a 7.5). Sin embargo, es importante contar con el análisis de suelo, previo a la recomendación del fertilizante.

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