¡¡MAS ELIMINADOS QUE NUNCA!! Cáliz amargo, una goleada, un consuelo
Francisco Palencia y Ricardo Paschal se juegan la esférica pero los aztecas a la larga fueron superiores a Panamá. Foto: AP.

Carlos Alberto Martínez
Crítica en Línea
La selección panameña de fútbol quedó definitivamente eliminado de toda posibilidad del Mundial Japón-Corea 2002 al caer nuevamente por goleada de 7-1 ante su similar de México en partido celebrado ayer domingo ante cerca de 60 mil personas en el Estadio Azteca de la capital mexicana en un juego donde sólo quedó probar un Cáliz amargo por un arbitraje pésimo, soportar un marcador de escándalo y quedarnos con el consuelo de haber marcado un gol después de casi 318 minutos sin superar una valla contraria. México no ganó con contundencia, aunque ello no se reflejó en un tanteador tan desproporcionado, pero hizo lo suficiente para darle su técnico Manolo Lapuente y sus jugadores a su afición, su exigente afición siete buenas razones para convencerse de su superioridad que fue reflejada en todo momento del encuentro y de que pueden llegar a más en la ruta al Mundial. De lo malo quedó lo único bueno, el único consuelo de que finalmente los panameños pudimos gritar al menos un gol y en un gigantesco estadio donde los mejores del mundo han logrado anotar, cuando en un rápido contragolpe en que apenas había pasado un minuto del tanto de penal de Cuahutémoc Blanco que era el cuarto de los mexicanos, para que a los 48, siempre en la etapa complementaria, Julio Dely Valdés se combinó con su gemelo Jorge Luis para marcar el tanto honorífico. Sin embargo, al principio los panameños tuvieron que probar el cáliz amargo del central hondureño Nelson Cáliz para marcar un penal que sólo estaba en su mente y fue el principio del final de los sueños de todos. Víctor Ruíz inició lo que sería la verdadera "masacre" de goles (aunque a "algunos" no les guste el término pero es así) por parte de los aztecas, a los que le siguieron José Manuel Abundis a los 35, Miguel Zepeda a los 43, Rafa Márquez a los 53, Ramón Ramírez a los 75 y para cerrar con un tiro de gracia a nuestras ilusiones, Cuahutémoc Blanco. En todas esas incidencias, los aztecas se aprovecharon de un conjunto panameño totalmente cansado, sobrecargado físicamente y que se quedó en sus líneas, todo ello como un gravísimo error causado por un proceso de preparación improvisado, deficiente y en donde nuevamente se cometieron los mismos errores de formación. Otra vez, Panamá le dice adiós a un Mundial por séptima vez y de manera muy decepcionante y con una marca de goleada que no se veía desde nuestra primera eliminatoria en 1976 para Argentina'78 ante Guatemala, cuando creíamos superada esa etapa. Con la posible salida de Ezequiel Fernández, quien de antemano anunció que se iba de la sele si perdía y con eso se reafirmó su condición de ser un técnico fracasado, se van dos entrenadores en menos de un mes y sólo le queda a Christian Saborío tomar las riendas del elenco tricolor y cumplir; y, para quienes quieran encontrar otro consuelo será en la necesidad de seguir trabajando pero buscando cambios serios particularmente en la dirigencia donde en pocos meses unos nuevos comicios y caras nuevas con ideas frescas y con verdadero amor al fútbol panameño puedan hacer algo para rescatar los buenos momentos que se vivieron con nuestra selección canalera, nuestra "Marea Roja".
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