Temístocles Agustín López Fernández, de 58 años, humilde trabajador de la Dirección Municipal de Aseo del Municipio de Panamá, murió atropellado el pasado martes por un autobús de la ruta Capira-Panamá, con matrícula 64518 registro único vehicular 1907, conducido por Antonio Ureña Rodríguez, de 36 años.Hora fatal
El accidente se registró a eso de las 7:00 de la noche del martes, frente a la caseta de autobuses del Supermercado "Extra", en Arraiján.
El cuerpo de la víctima quedó tirado en el pavimento en medio de un charco de sangre ante la mirada de varios curiosos que entorpecían la labor de las unidades de Tránsito de la Policía Nacional y funcionarios del Ministerio Público.
Según algunos testigos, Temístocles viajaba en el transporte involucrado en la tragedia, desde la capital hacia su hogar, ubicado en la comunidad de Chapala. Aparentemente había ingerido licor y en un incidente confuso, fue bajado a empujones por dos desconocidos en la caseta de autobuses.
Temístocles perdió el equilibrio cayó al pavimento; en ese momento, el autobús arrancó y lo aplastó con las llantas traseras.
Los gritos de desesperación de los presentes evitó que el conductor avanzara, pero era demasiado tarde. Todo se suscitó en segundos.
El fatídico hecho, que dejó secuelas de dolor a otra humilde familia panameña, provocó un descomunal tranque vehicular en el carril de acceso desde la capital hacia el interior.
Concepción Moreno, secretario general de la asociación de empleados de la DIMA, lamentó la triste pérdida del compañero de labores, mientras adelantó que la institución cuenta con una póliza de vida que cubre en caso de accidentes, por unos 40 mil dólares para los familiares.
"Era un excelente trabajador con 34 años de servicios, en este momento se me imposibilita determinar que estaba en estado de ebriedad. Cuando llegamos al lugar de los hechos, encontramos el cuerpo tirado en el lugar de la tragedia. Pienso que no estaba ebrio, puesto que es un funcionario de mucha trayectoria en la Dirección de Aseo", informó.
Con la muerte del señor López se siguen escribiendo con sangre las cifras de las víctimas en las calles panameñas.