"Esto es entre Dios y yo". Con estas palabras iniciaría Martín Torrijos el día en que tomaría posesión como mandatario de este país.
El Presidente de la República no fue desde su casa a ATLAPA para su toma de posesión. Hizo una escala en la parroquia San Pablo Apóstol.
Allí, frente a las cenizas de su padre, el general Omar Torrijos Herrera, pidió la ayuda del Señor para el reto que asumiría.
Una vez cumplido este paso obligatorio, Torrijos y un gran dispositivo de seguridad se trasladó al Centro de Convenciones ATLAPA, donde entró y muchos ni cuenta se dieron.
Al terminar la ceremonia que hacía oficial su nombramiento, Martín, con todo y los retrasos, no pudo dejar de saludar a sus copartidarios, que lo esperaron en el Centro de Convenciones Vasco Núñez de Balboa del Hotel El Panamá.
Allí, con una gran ovación fue recibido. Dijo que la banda presidencial que llevaba puesta era de todos ellos, quienes siempre lo han apoyado. Pidió que la "Patria Nueva" sea construida con ayuda de todos ellos y del pueblo panameño que depositó en él su confianza.
Dio las gracias y se retiró con una gran ovación de sus seguidores. Se dirigió al Palacio de las Garzas, pero no se bajó del automóvil en la puerta de éste. Caminó desde el Parque Catedral hasta la Presidencia.
El dispositivo de seguridad no impidió que quienes residen cerca del área lo saludasen, aunque el acercamiento no pudo ser mayor. Muchos se quedaron sin ver de cerca al señor Presidente.