EDITORIAL
¿Hacia dónde vamos en este país?
En la medida que pasan los días se agudiza la situación política de nuestro país y nuevos y viejos escándalos afloran aunque las autoridades los observan sin sonrojarse siquiera.
El incidente del "helicóptero-submarino" volvió a los primeros planos al informar la fiscal Cecilia López sobre el hundimiento del aparato. La fiscal reveló otras interioridades del destino de esta costosa nave sobre la cual se intensificarán las investigaciones, ya que se traerán a declarar al piloto de la aeronave y a otras personas.
El asunto del informe al contralor sobre los gastos efectuados en la X Cumbre de Presidentes y Jefes de Estado, el poco o nada subsidio que recibe el Hospital del Niño, las acusaciones recíprocas de dirigentes de los partidos políticos, el caso de la rebaja de pena de un presunto narcotraficante, y la huelga que por nueve días paralizó a las fincas bananeras de Puerto Armuelles, empañan el panorama político de nuestro país que sigue proyectando más sombras que luces.
En Panamá hay tantas marchas de protestas que hasta los karatecas han organizado una manifestación a la Presidencia de la República, sumando a ello las frecuentes quejas de los colonenses, a los que hay que añadir el pago de salarios atrasados de docentes bocatoreños y darienitas. Pareciera que el Organo Ejecutivo no se ha percatado que hemos establecido un récord de protestas, algo sin precedentes en la historia de la República.
A pesar que el Gobierno quiere engañarse a sí mismo, no existe el clima para futuras inversiones, porque estamos ahuyentando a potenciales hombres de empresa que pudieran interesarse en nuestro país. Incluso, con empresas ya establecidas como la del ferrocarril, los colonenses se tomaron algunas instalaciones al no cumplir los acuerdos de indemnización de la compañía ferroviaria con los habitantes de la segunda ciudad del Istmo.
Estamos en una encrucijada y no lo quieren advertir los que gobiernan por su tozudez. La prioridad gubernamental es y sigue siendo la política porque piensa que repetirán el triunfo político en el año 2004. Ese espejismo los tiene obnubilados y se van tras este engañoso fenómeno porque su falta de capacidades impide ver más allá de sus narices. Cuando vean su estrepitoso fracaso culparan como siempre a los medios de comunicación y a otras fuerzas extrañas, sin saber que la falla estuvo en ellos mismos que se dejaron cegar por la soberbia, la arrogancia, la prepotencia y por gobernar de espaldas al pueblo.
Finalmente, la sospechosa orden del hundimiento del helicóptero-submarino emanada también del "fabricante" de atentados contra altos dirigentes del PRD y que no fue más que un globo que se desinfló, amerita la renuncia de este funcionario y de otros que han sorprendido a la Presidenta de la República.
PUNTO CRITICO |
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