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El pueblo panameño en su totalidad es la comisión evaluadora del transporte público y si se le pidiera un fallo, sería un rotundo NO al aumento del pasaje, porque no han cumplido con el mejoramiento, la buena conducta y el manejo responsable.
A través del Banco Nacional se le han ofrecido las oportunidades de renovación de la flota, pero éstos han buscado el financiamiento fundamentalmente para arreglar sus vehículos, evitando así cumplir con el compromiso de una modernización de sus unidades.
El gobierno, en especial la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre, debe ir estudiando la oferta posible ante lo que se vislumbra que será el problema del no mejoramiento de las unidades vehiculares.
Tras la petición de los transportistas de aumentar el pasaje a 25 centésimos, el gobierno y los usuarios le han dado un compás de espera, pero parece que el árbol que nace torcido, es imposible que se enderece.
Los dirigentes transportistas, por más explicaciones que den, no convencen a la ciudadanía y no quieren ninguna responsabilidad bancaria y el pueblo que se moviliza por este medio no puede esperar más a estos señores, que en otra época fueron los consentidos del proceso octubrino.
A meses que se cumpla el plazo de aplicar los correctivos en esta actividad, el pueblo espera que las autoridades tengan una solución pronta y que tenga el suficiente vigor para cristalizarla. |
