Se espera que la próxima semana, la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) presente un decreto en el que se aumentaría hasta un mil por ciento la multa por conducir en estado de ebriedad, que actualmente ronda los 150 balboas.
Esto se suma a otros aumentos que plantea la entidad, entre ellos a las multas por obstruir el tránsito en los cruces, chatear por celular mientras se conduce, y medidas como instruir a los conductores que hayan tenido choques menores a mover sus autos a un lado de la vía para no detener el flujo vehicular.
Durante décadas, a muchos de los conductores irresponsables en Panamá les han salido baratos los choques, vuelcos y atropellos que causan, no sólo por el consumo de alcohol, sino por exceso de velocidad y manejo agresivo. Debe reconocerse también que los insufribles tranques en la ciuidad capital, generados por un exceso de parque vehicular y una infraestructura vial que se ha quedado corta (y encima con pobre señalización), sacan de quicio a cualquiera. Eso también causa muchos accidentes.
No solo los conductores deberían estar preparados para las nuevas multas, sino también la misma ATTT, donde recientemente se ha descubierto un viejo problema: la desaparición "como por arte de magia" de boletas de ciudadanos que luego se atribuyen a terceros, lo que ocurre con la complicidad de funcionarios de la entidad. Si esto no es corregido, ¿cómo sabremos que esos malos conductores realmente recibirán su merecido?