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El presidente brasileño indicó que el programa espacial seguirá adelante y que su pueblo superará esta adversidad.  |
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lloró en el velorio de 19 de los 21 técnicos que murieron en la explosión de un cohete en su base de lanzamiento y prometió que los hijos de los difuntos recibirán becas para solventar sus estudios.
El cohete no tripulado, diseñado para poner en órbita dos satélites, estalló el viernes pasado en la base, situada en el estado de Maranháo, en el noroeste de Brasil, cuando un motor se encendió por error.
El accidente puso fin al tercer intento de Brasil para alcanzar su sueño de convertirse en una potencia espacial.
Los cadáveres de las otras dos víctimas de la explosión aún no han podido ser recuperados de entre los escombros.
El velatorio se realizó en el Centro de Tecnología Aeroespacial (CTA) de la ciudad de Sao José dos Campos, en el interior del estado de Sao Paulo.
"Los niños tendrán derecho a una beca hasta que se gradúen en la universidad", afirmó Lula, citado por la estatal Agencia Brasil.
El presidente, emocionado, participó del homenaje a las víctimas, una ceremonia a la que asistieron cerca de 1500 personas.
Lula volvió a asegurar que el programa espacial brasileño continuará porque es "el mejor homenaje que se puede hacer a los que murieron".
Sin embargo, el coordinador del proyecto había dicho el lunes que el programa tendrá dificultades para reemplazar a los científicos y técnicos muertos a consecuencia de la explosión. El accidente mató a los científicos e ingenieros más prominentes tan solo días antes del lanzamiento del cohete.
El Vehículo de Lanzamiento de Satélites, de 20 metros de longitud y valorado en 6,5 millones de dólares, se encontraba en su plataforma de lanzamiento en sus últimas pruebas para ser lanzado al espacio, lo que estaba previsto para esta semana. |