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Remedios contra la infección de vejiga

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Redacción
Crítica en Línea

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Partes del sistema de la vejiga

La medicina tradicional ha ensalzado los beneficios del zumo de arándano para tratar las infecciones de vejiga, y lo cierto es que ahora hay pruebas científicas que respaldan esos supuestos efectos positivos. Aún hoy, los antibióticos siguen siendo el tratamiento preferido para las infecciones de vejiga normales. Tradicionalmente, cada vez que una mujer sufre una infección de vejiga tiene que acudir al médico, pero una investigación reciente demuestra la posibilidad de que las mujeres que tengan periódicamente infecciones de vejiga, puedan automedicarse con un tratamiento consistente en antibióticos a fin de que no tengan que ir al médico cada vez que tengan una infección. Las infecciones del sistema urinario (ISU) se producen porque la bacteria, normalmente la Escherichia coli (E.coli), penetra en el sistema urinario, estéril en condiciones normales y comienza a reproducirse en él. La mayor parte de las ISU tienen lugar cuando la bacteria procedente de la vagina y de los intestinos, penetra en la uretra (el conducto que transporta la orina hacia el exterior del organismo) y llega hasta la vejiga, donde se multiplica y puede provocar enfermedades si se adhieren a la piel de la vejiga (uroepitelio). Aunque la mayoría de las ISU se limitan a la vejiga, la bacteria puede ir hacia la parte superior de la cavidad abdominal e infectar los riñones.

Los síntomas más comunes de la ISU son: sensación de irritación; deseos irreprimibles de orinar frecuente y urgentemente, orina turbia o que desprende olor intenso, y un fuerte dolor abdominal y pélvico. Sentir dolor en el bajo vientre, fiebre, escalofríos u orinar sangre pueden ser síntomas de que se padece una infección de riñones.

Las mujeres padecen más ISU que los hombres, posiblemente porque la uretra de las mujeres es más pequeña, la que facilita que la bacteria llegue más fácilmente hasta la vejiga. La mayoría de las mujeres tienen al menos una infección de estas características una vez en su vida, y entre un 20 a un 30% las sufren periódicamente. El riesgo de contraer ISU aumenta con la actividad sexual, el uso de algunos antibióticos y espermicidas, retención de orina, diabetes, una mala higiene corporal, y con las consecuencias de un tratamiento fallido de reforzamiento de estrógeno tras la menopausia. Algunas mujeres pudieran también tener una predisposición genética hacia las ISU.

Durante mucho tiempo, ciertos artículos de carácter anecdótico sugerían la posibilidad de que beber zumo de arándano era de gran ayuda contra las ISU, pero ahora varias investigaciones científicas han confirmado esos efectos positivos. En un principio, los investigadores médicos pensaban que el zumo de arándano aumentaba la acidez de la orina. Ahora prevalece la idea de que el zumo de arándano combate la ISU al impedir que la bacteria anide en el uroepitelio y, en menor grado, al promover la erradicación de la bacteria ya adherida a los tejidos de la vejiga. Por último, hay dos sustancias químicas que colaboran en ambos procesos de protección. La primera es la fructuosa, el azúcar existente en todas las frutas. La segunda, un compuesto químico de gran importancia llamado: tanino condensado de proantocianídinos, ambas sustancias están presentes tanto en los arándanos como en los arándanos agrios.

El doctor Jerry Avorn del Hospital Femenino Brighman de Boston ha dirigido una de las investigaciones más conocidas sobre esta cuestión, en la que se demuestra que el zumo de arándano puede disminuir la proliferación bacteriana en el sistema urinario. La investigación del doctor Avorn estudió los casos de 153 mujeres de edad avanzada para determinar si beber zumo de arándano a diario puede disminuir la incidencia de la bacteriuria (bacteria en la orina) y la piuria (pus en la orina), consecuencias ambas de la ISU. Las participantes fueron asignadas al azar en un grupo donde cada una debía beber 300 mililitros de zumo de arándano o bien en el grupo donde había que beber la misma cantidad de una bebida de placebo indistinguible en sabor y aspecto. El doctor Avorn descubrió que en las mujeres del grupo de zumo de arándano los niveles de bacteriuria-piuria habían descendido aproximadamente a la mitad que en el grupo del placebo.

Los niveles de ácido en la orina eran similares en ambos grupos, por lo que las propiedades del zumo contra la infección no podían ser atribuidas al aumento de la acidez en la orina. Las conclusiones de la investigación del doctor Avorn fueron publicadas en el número de marzo de 1994, en la revista especializada Journal of the American Medican Association.

Recientemente, el investigador finlandés Tero Kontiokari comprobó los efectos positivos del zumo de arándano en las mujeres jóvenes (con una media de edad de 30 años) y con un historial médico de ISU. En esta investigación, 50 mujeres debían tomar zumo de arándano a diario mientras que otras 50 no recibieron ningún tratamiento especial a fin de servir como grupo de contraste. Al cabo de un período de seis meses, el 16% de las mujeres del grupo del zumo de arándano desarrollaron una nueva ISU, menos de la mitad del otro grupo, donde el 36% de las mujeres tuvieron otra ISU. Las conclusiones de esta investigación fueron publicadas en el número de 30 de junio de la revista especializada British Medical Journal.

El consumo frecuente de productos que contienen zumo de arándano es generalmente considerado como muy beneficioso para la salud, pero puede que no esté exento de riesgos para todas las personas. Los arándanos poseen unos niveles relativamente altos de oaxalato, una sustancia que contribuye a la formación de piedras en el riñón. Tras comprobar cómo un paciente tenía frecuentemente cálculos renales después de consumir tabletas de arándano concentrado, la doctora Martha Terris del Servicio de Asistencia Sanitaria a los Ex -Combatientes, en Palo Alto, California, llevó a cabo una investigación con la participación de cinco personas. Siguiendo las instrucciones del fabricante, los participantes consumieron tabletas de arándano concentrado durante una semana. La doctora Terris descubrió que los niveles de oaxalato en la orina habían aumentado una media de un 43% en los participantes de la investigación. Apoyándose en esta investigación preliminar, la doctora Terris advirtió del uso de los productos que contiene arándano a las personas que sean propensas a tener piedras en el riñón, hasta tanto no quede demostrado que consumirlos no entraña ningún riesgo. Las conclusiones, y demás detalles, de una investigación fueron publicadas en el número de enero de la revista especializada Urology.

Las mujeres que padecen las ISU aunque están familiarizadas con todos los síntomas relacionados con ellas, siguen acudiendo al médico cada vez que tienen una. Una investigación de la Universidad de Washington dirigida por el doctor Kalpana Gupta, reveló que las mujeres con antecedentes de ISU recurrentes, podían perfectamente diagnosticarse y empezar un tratamiento por sí mismas de una ISU.

En la investigación del doctor Gupta, a 172 mujeres se les administró previamente antibióticos y fueron instruidas sobre el modo de obtener muestras de orina para comenzar por sí mismas un tratamiento de antibióticos, cuando apareciesen los primeros síntomas que, en su opinión, eran los propios de una ISU. Durante la realización del estudio, 88 de un total de 172 mujeres dijeron que creían haber tenido una ISU. La bacteruria se confirmó en el 84% de las muestras de orina y la piuria en el 11% lo que demostraba que las participantes se habían autodiagnosticado correctamente en un porcentaje muy alto lo cual casi siempre es señal de que se ha erradicado la bacteria-piuria y a sus síntomas inherentes. Las participantes se mostraron muy satisfechas con el desarrollo de la prueba. La mayoría expresó su satisfacción con el hecho de que el audodiagnóstico y la automedicación les permitían volver a llevar más pronto una actividad cotidiana normal, sin las molestias de tener que ir a un médico antes de empezar un tratamiento. El doctor Gupta llegó a la conclusión de que, para los médicos, era muy positivo darles la oportuna información y prescripciones adecuadas a las personas con ISU frecuentes ya que ello suponía un ahorro en molestias y costes económicos. Añadiendo que, la adopción de esas medidas, era preferible al uso regular de antibióticos preventivos, ya que con ello se reduciría el consumo total de antibióticos. Las conclusiones de esta investigación se publicaron en el número de 3 de julio de este año de la revista especializada Annals of Internal Medicine.

 

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