¡Qué tristeza! A pesar de los grandes avances tecnológicos que experimenta la humanidad en la primera década del siglo XXI, el hombre parece estar retrocediendo a la época de barbarie característicos de la edad de piedra.
SALVAJISMO Y TERROR
Dángelo Joyce Maures era un joven común y corriente. A sus tempranos 20 años ya tenía la responsabilidad de estar casado y ser el padre de una bebé de 10 meses, la que era su adoración.
Aquel fatídico domingo 22 de agosto, Dángelo decidió junto a su esposa Dayani y su hija Dangely, ir a visitar el negocio del que era socio su padre en Playa Vena'o, en el corregimiento de Veracruz, sin imaginarse que viviría la experiencia más terrorífica de toda su vida y que a la postre sería la última.
La pareja y la niña llegaron al Rancho "Acapulco" aproximadamente a las 5:00 de la tarde del mencionado día, en momentos en que el padre de Dángelo, el señor Ernesto Maure, iniciaba la jornada en el negocio.
Poco a poco se fue llenando el sitio y la pareja decidió que mientras don Ernesto se desocupaba, descansar en el taxi propiedad de éste último.
Cerca de las 11:00 de la noche, por motivos desconocidos, se inició una riña que se hizo posteriormente tumultuaria. Aquello era un caos: gente gritando y corriendo de un lado a otro, y posteriormente se escucharon detonaciones. Eso hizo a Dángelo temer que su padre estuviera involucrado en el 'pandemonio', por lo que decidió ir en su búsqueda.
Mientras el muchacho ingresaba al local, salían del mismo dos sujetos que participaron de la gresca con las intenciones de llevarse el taxi donde estaba su esposa, por lo que ella ripostó que no podían robarse el vehículo y pidió ayuda a Dángelo.
Cuando el joven increpó a los sujetos, los mismos respondieron disparándole, pero como si eso no fuera suficiente, una verdadera turba de aproximadamente 20 personas, entre hombres y mujeres, procedieron a golpearlo a él y a su papá Ernesto.
Como pudo, Ernesto intentó esconder a su moribundo hijo en la cocina, pero la turba ingresó también al cuarto y terminó de rematarlo con dos detonaciones.
A pesar de que se hicieron todos los esfuerzos por salvarle la vida en el Hospital Santo Tomás, al final la muerte lo venció.
TRAGEDIA
A causa del salvajismo de un grupo de delincuentes, la pequeña Dangely ya no podrá recibir más los besos y caricias de su padre.
Tampoco su madre, doña Lidia, podrá ver más a su hijo entrar por la puerta de su casa.
Quizás Dángelo, un joven trabajador de la Corporación La Prensa, nunca se imaginó lo violento que serían sus últimos minutos de vida, y es que a muy pocos les pasaría por la mente que en pleno siglo de avances tecnológicos, la barbarie continúa enraizada en el comportamiento de los hombres.